25n Día Internacional contra las violencias machistas
Este 25 de Noviembre, desde el feminismo combativo, denunciamos otro año más, la violencia machista que sufrimos las mujeres y todas aquellas disidentes de género que se salen de la heteronorma.
Las distintas realidades de la violencia machista, se han visto agravadas en el contexto de una pandemia. Decenas de miles de mujeres se vieron obligadas a convivir con sus maltratadores durante todo el día, semanas enteras, meses enteros. Estar encerradas en casa, se convirtió en un infierno continuo del que no poder escapar. Ni siquiera para denunciar. Cuando empezaron los asesinatos y saltaron las alarmas, nadie puso remedio, nadie quiso darles una vía de escape. Son las otras víctimas de la pandemia, esas de las que no se habla.
En los curros, sufrimos mayor temporalidad y parcialidad, cuando no exclusión del mercado laboral, mayor abismo en la brecha salarial, aumento de las situaciones de acoso laboral y sexual, sobredimensión de la carga de trabajo de cuidados de mayores y de menores…
Otras realidades muy cruentas son las innumerables situaciones de desahucio, “los legales, los visibles” y los de “la nocturnidad y la alevosía”. ¿Cuántas trabajadoras han tenido que abandonar sus casas para salvar la vida…? Y es que todo esto también es violencia contra las mujeres, convertida en ley por el estado español.
En todos estos niveles de violencia no podemos olvidar a quienes están siendo golpeadas más duramente: las rurales, las mujeres migradas, las trabajadoras de pueblos en lucha, las presas, las trabajadoras sexuales, las mujeres trans, las desaparecidas…
A día de hoy, más del 30% de las adolescentes reconocen haber sufrido maltrato psicológico por parte de sus parejas. A las que hay que sumar un 5% que ha sufrido violencia física. A la falta en las aulas de una formación sexual que eduque en la igualdad, se le suma la influencia de la pornografía, la industrialización del sexo machista y una cultura de la violación profundamente arraigada, creando un ideario basado en la dominación y los estereotipos. ¿Para cuándo una asignatura sexoafectiva que nos enseñe a tener relaciones sanas? Y mientras, las instituciones continúan subvencionando la educación que separa por sexos y financiando las clases de religión, en lugar de cumplir sus propias leyes… Recordemos que se supone que el estado español es laico…
Si a esto añadimos que cada vez son más los casos de jóvenes drogadas con el objetivo de anular su voluntad y poder violarlas entre varios machotes en manada que juicio tras juicio aseguran que fueron relaciones consentidas y que están dispuestos a admitir la verdad a cambio de una reducción en su condena, podemos afirmar que tanto la política, como la enseñanza, como la justicia en este país son un absoluto fracaso.
Se nos sigue considerando inferiores, y como tales se nos trata: nos quieren calladas, cosificadas, sumisas, precarizadas, al servicio de un sistema capitalista y patriarcal que jamás se sustentaría sin la violencia a las que nos somete.
Las mujeres asesinadas y las agresiones al colectivo LGTB han ido en aumento en los últimos años, coincidiendo con el auge de la extrema derecha y su discurso de odio, lo cual no parece mera coincidencia. La violencia machista no es un problema puntual, sino estructural. Solo en lo que va de año son 70 los asesinatos feminicidas en el estado español. No nos olvidamos de las asesinadas en otros territorios, donde las cifras se multiplicarían exponencialmente. Por todo ello, reivindicamos esta jornada de lucha que, este año más que nunca, debe caracterizarse por la combatividad contra la estructura patriarcal y contra la economía capitalista.
Consideramos que el feminismo institucional que se impone en los medios de comunicación, es un fracaso en sí mismo para las aspiraciones de liberación de las trabajadoras y de la clase obrera en su conjunto, y por ello carece por completo de legitimidad para representar los intereses de las trabajadoras y para imponernos el silencio frente a la lucha en la calle contra la violencia sexista y contra toda forma de explotación.
Luchando contra el capitalismo y el patriarcado ponemos las bases de una nueva sociedad sin explotación y desigualdad social y destruimos las relaciones de poder, sumisión y subordinación de las trabajadoras.
Por el fin del heteropatriarcado.
Ni una más. Vivas nos queremos.
Nos tocan a una, nos tocan a todas.
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