El pasado 23 de abril fue un día marcado por el viento y la lluvia en la campa de Villalar de los Comuneros, pero también por el retorno de miles de personas ante las distintas convocatorias de las organizaciones políticas, sindicales y populares de este territorio. También estuvo la CNT.
Como en años anteriores a la pandemia, CNT organizó una carpa propia con su programa de actividades reivindicativas y culturales. La carpa abrió desde primera hora llena de carteles convocando a las movilizaciones del 1º de Mayo, reclamos de igualdad de género y pancartas de las distintas movilizaciones del sindicato, como las de los mantenimientos ferroviarios o en defensa de la sanidad pública. También se contaba con pancartas llamando a la absolución del caso La Suiza, en el que se ha condenado a varias sindicalistas de CNT; o por el fin de la represión sindical en Ecoespacio.
Terminadas las pruebas de sonido, el mitin libertario y antifascista empezó puntual a las 13h con la intervención de dos compañeras de CNT que hicieron un recorrido por las distintas expresiones de la explotación y la opresión sobre nuestra clase. Se marcaron distancias claras con el clima político impuesto tras las elecciones autonómicas: “Nosotras no vamos a rendirnos ante la dictadura de la mayoría que se rinde a la mediocridad del discurso del odio, de la ignorancia y de la violencia”. También se reconoció el trabajo que la militancia del sindicato despliega durante todo el año, en comités, asambleas, grupos de trabajo y también en la propia carpa: “Desde las horas interminables de reuniones de los grupos de trabajo y de los comités que ponen en marcha las decisiones de las asambleas, hasta el montaje de la carpa, los turnos de la barra y la colaboración de cocineras, electricistas, técnicas, músicas y todas aquellas personas que generosamente regalamos nuestro tiempo para hacer crecer esta COMUNIDAD; a todas las trabajadoras os damos las gracias porque sois imprescindibles”. Hubo también un momento solemne de recuerdo a las personas del sindicato que nos han dejado en este último año. El mitin sindical se cerró con las consignas “¡Que viva la anarquía que está viva aquí y ahora! ¡Que viva la lucha de la clase trabajadora! ¡Por la abolición del trabajo asalariado y del estado! y ¡Vamos hermanas valientes, fuertes y unidas!”
A continuación subió al escenario Eduardo Perote, de la Asociación Prao de Luyas, que hizo un recorrido por la situación del mundo rural. El orador expuso cómo, a la ya conocida despoblación, se suman otras amenazas que están destruyendo todo lo que es el mundo rural. “La despoblación destruye la cultura de los pueblos, los hace todos iguales, presas del consumo de fin de semana”, se denunció. También nos acercó a la intensa actividad de su asociación, capaz de hacer de este pequeño pueblo de 150 habitantes el lugar de acogida de una nueva familia a través de proyectos de cooperación, habilitando viviendas para nuevos pobladores. También se refirió a cómo desde el trabajo de la asociación han conseguido que Piñel de Abajo sea el pueblo que más árboles planta a nivel europeo y destacó el proyecto que llevan a cabo “Planta un árbol y pon una teja”.
El tercer turno de palabra lo asumió un representante de la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad que anunció los objetivos de la recogida de firmas para la ILP, que está en marcha. Tras una enumeración de los males que asolan al sistema sanitario, en el medio rural y urbano, se pasó a la denuncia de su causa: “la dinámica de privatización que todos los partidos políticos han apoyado”. Desde la existencia de sanidad privada al enorme negocio farmacéutico, distintas muestras de degradación del sistema acaban traduciéndose en una degradación de la propia salud.
Cerró el mitin un compañero del CSO La Molinera quien, tras introducir el proyecto, explicó la situación en la que se encuentra tras la amenaza de desalojo por parte de la propiedad: un fondo buitre. El CSO La Molinera de Valladolid es un edificio que, tras ser una histórica fábrica de harinas, fue presa de la especulación inmobiliaria. Se recalificó para ser utilizado de hotel y a los pocos años fue abandonado. Tras años de abandono en 2018 el colectivo que hoy lo gestiona lo okupó y rehabilitó. Hoy, tras un intento fallido de desalojo, hay procesos judiciales en marcha tanto para conseguir terminar con el proyecto como contra quienes han impedido el desalojo frustrado hace ahora un mes.
Una vez acabadas las intervenciones, con la carpa llena de gente de distintas edades y procedencias, empezó el concierto de Chusma y Juguillos. Durante más de una hora amenizaron con canciones populares y libertarias la estancia del centenar de personas que se reencontraban en Villalar tras los dos últimos años.
La jornada avanzó hasta que a las 18h empezaron los distintos conciertos de grupos locales y que se alargaron hasta las 1h. Empekado, Kaskaos, Repulsa Sozial, Brea Bastard y Agresiva dieron calor a un atardecer frío que permitió quedarse a varias decenas de personas a disfrutar de un espacio de ocio, música y compañerismo. Incluso tras el corte del suministro eléctrico las dulzainas permitieron prolongar la jornada unos minutos más.
Desde CNT Valladolid aprovechamos estas líneas para agradecer a todas las personas que acudieron a nuestra carpa, el apoyo recibido y el respeto general al esfuerzo de nuestra organización por estar presente en la campa. Por supuesto, agradecer la colaboración de ponentes, músicos y profesionales que acompañaron con su esfuerzo la jornada. Y por último, pero no menos importante, una mención para toda la afiliación y simpatizantes de CNT Valladolid que con su trabajo militante y su esfuerzo pusieron el broche a una jornada de reivindicación y fiesta que demostró una vez más que desde la autogestión se puede funcionar
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