La XVIII Semana Cultural Libertaria comenzó con una mesa redonda sobre herramientas de lucha y movimientos sociales y un taller de asamblearismo donde se explicaba de manera teórico-práctico como desarrollar una asamblea y prevenir manipulaciones.
**La primera jornada de la XVIII edición de la Semana Cultural Libertaria de Valladolid organizada por CNT arrancó con unas palabras en recuerdo de Merce, una compañera del 15M que se nos fue ese fin de semana por una neumonía mal diagnosticada.
Después dio comienzo la mesa redonda como tal con representantes de Izquierda Unida Valladolid, Ganemos Valladolid, PAH Sendía, CNT Valladolid y un miembro del movimiento libertario.
Con un formato de tiempo estipulado para cada respuesta, los participantes fueron respondiendo a diversas cuestiones cómo la gestión de la participación ciudadana según sus planteamientos; dentro de la participación ciudadana, cómo se enfrentan a los casos de corrupción tanto dentro como fuera de sus filas; con qué herramientas cuenta cada colectivo para lograr sus objetivos; que otras vías se consideran para acabar con los problemas mas acuciantes de la sociedad o sobre el modelo socio-económico propone cada uno.
Un rico debate de guante blanco, a pesar que no dio tiempo suficiente para aprovechar al máximo las intervenciones, ya que fueron muchos los argumentos que cada parte se dejó en el tintero. Una experiencia novedosa en Valladolid que, sin duda, merece la pena sea repetida.
**La segunda jornada de la XVIII Semana Cultural Libertaria de Valladolid pretendía ser un punto de ruptura y una velada más dinámica que una charla, y lo consiguió con creces.
El compañero Endika, proveniente del sindicato CNT Bilbao, comenzó su exposición preguntando a los asistentes cual era la forma idílica que ellos tenían en la cabeza sobre una asamblea, para después dar paso a teoría asamblearia sobre historia de las asambleas, convocatoria de una asamblea, formas de manipulación, los diferentes roles que ocupa cada cual en la asamblea….
Después hubo tiempo para aplicar toda esta teoría a la práctica con la realización de dos ejercicios prácticos; uno basado en una asamblea más «light»; ambientada en un club de montañismo y una más realista ambientada en una plataforma ciudadana donde confluían diversos grupos con distintas ideologías.
Ambos ejercicios dieron pie a chascarrillos y anécdotas que hicieron de la velada una tarde plagada de risas, pero también ayudó a comprender errores que se cometen en las asambleas y más importante aún: cómo atajar estos errores y cómo detectar los diferentes modos para no caer en la manipulación asamblearia.