Este 10 de abril ha fallecido Paco Baticón, compañero de años de CNT Valladolid.
Has decidido dejarnos definitivamente, y lo has decidido en un día lluvioso de abril, y lo has decidido, en definitiva, porque por ti nadie decidía.
Contigo se van varias décadas de la memoria del anarcosindicalismo en Valladolid. El joven anarcosindicalista, trabajador de las artes gráficas; el papel de contacto de los compañeros de la CNT en el exilio con el interior, motivo por el cual tiene que emigrar con su joven familia a Alemania; el contacto con la FAU, con las asociaciones obreras alemanas y con compañeros del exilio que forjarán su ideología anarquista… Así, hasta su vuelta a Valladolid, donde será sindicalista especialmente molesto en Miñón y Macrolibro. Durante el franquismo refunda, junto con otros muchos, la CNT en Valladolid, para que la Organización estuviera preparada ante la muerte inminente de Franco. Junto con otros compañeros promueve la resistencia, la lucha contra “las ideologías han muerto”, para difundir el anarcosindicalismo en la ciudad del Pisuerga hasta ser el germen de la Confederación que hoy conocemos en la ciudad.
En su lucha contra toda injusticia, contra toda institución podríamos recordar su fuerza, su fuerza moral, reivindicando unas máquinas para que jóvenes parados tuvieran un futuro: de ahí nace la cooperativa Germinal. También recordarle reivindicando un local para la organización sin tener que dar cuentas a ninguna institución. Eran tiempos difíciles, o tal vez siempre fueron tiempos difíciles para él; de niño porque su infancia la pasa durante una guerra, porque procede de una familia pobre que muy pronto se queda sin figura paterna -ser hijo de viuda era sinónimo de hambre-. Conoce el hambre del franquismo, la persecución de las ideas, ser emigrante teniendo que dejar tu país para poder vivir, para poder alimentar a los tuyos… Y vuelta, vuelta a la negrura franquista.
Pero siempre hay tiempo para la alegría, para vivir, porque la vida está llena de tristezas y alegrías: la inauguración del local en Plaza Mayor, el sentir que podíamos comernos el mundo solo por poder seguir dando guerra con concentraciones contra la patronal, porque crecíamos como personas y como organización. Tal vez, como decía Goyo, “las ideas ácratas no mueren porque donde hay poder hay antipoder».
Y esas pegadas de carteles que si contra el embalse de Riaño, que si contra la OTAN, que si la Insumisión… había tantos que si… que aquí seguimos, con los que si. Aunque, sí es cierto, ya no son lo mismo: ya no hay pegada y luego un vino o un café o una charla hasta que miras el cielo y ya no es de noche sino de día.
Contigo nació la idea de volver a tener ateneos, un lugar donde aprendíamos de otros, de otras, un lugar donde las conversaciones nos enseñaban y preparaban para hablar en público, para defender nuestras ideas, para saber de dónde venimos y adónde queremos ir.
Y sí, compañero del alma, aquí seguimos dando guerra, porque cada vez que creemos que hemos conseguido algo nos vuelven a dar… pero estamos hechos de hierro, de madera, de fuego, de agua, de tierra, y cada vez que nos hunden nacemos con más fuerza, porque no cejaremos en el empeño hasta conseguir, sí, la libertad.
Isabel Arenales
Sindicato de CNT Valladolid.
Hasta siempre, compañero
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando.
Y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.Todas las tardes el cielo será azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.Se morirán aquellos que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y lejos del bullicio distinto, sordo, raro
del domingo cerrado,
del coche de las cinco, de las siestas del baño,
en el rincón secreto de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu de hoy errará, nostálgico…Y yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.(Juan Ramón Jiménez, El viaje definitivo).