Imágenes y palabras que nos traen lo que ha sido la huelga general feminista del 8 de marzo, para CNT y para tantas, en Valladolid y en tantas partes.
Nos quitaron tanto, que nos quitaron el miedo… Y ahora con más fuerza aun seguiremos cambiando el mundo, después de dejar claro en las calles que no nos callamos más, que estamos vivas y somos valientes. Queremos ser libres y estamos dispuestas a todo para cambiar las cosas. Este 8 de marzo somos historia y de ahora en adelante visibles, unidas, conscientes, organizadas y combativas.
No pudieron pararnos, inundamos las calles por la noche y por el día: mujeres valientes, luchadoras y trabajadoras, muchos compañeros que nos han escuchado, acompañado y apoyado en la retaguardia y dando la cara en sus puestos de trabajo, haciendo huelga general 24 horas como reclamaba el movimiento feminista, juntas hemos hecho posible una jornada de lucha histórica mundial, reforzando la libertad y empoderando a la mitad de la clase trabajadora. Porque sabemos dónde debemos estar y somos parte de algo que nunca podremos olvidar, sentimos y vibramos con esta energía que nos llena a tod@s de fuerza y que ha hecho que llegue el eco hasta los más sordos, que se acostaron Manolos y se levantaron feministas…
Hemos luchado mucho para llegar hasta aquí, no ha sido fácil. Hacernos oír entre la confusión que generan aquellos que solo quieren dividirnos y seguir robándonos hasta la palabra, aquellos que nos ponen piedras en el camino y se delatan ahora aprovechando el oportunismo de masas, aquellos que no escucharon el mensaje y no entienden aun de que va esto.
Somos feministas y cuestionamos cualquier situación de privilegio. Somos mujeres trabajadoras y nos oponemos a la desigualdad, a los privilegios del capital, al machismo autoritario violento y patriarcal y esto hace temblar los cimientos de capitalismo brutal y salvaje que nos convierte a tod@s en mercancía, que a tod@s nos cosifica y nos obliga a vendernos de un modo u otro para ganarnos la vida. Por eso y desde la base de la injusticia exigimos el reparto del trabajo y la riqueza para acabar con la explotación y la desigualdad.
Hemos abierto la caja de Pandora, para que ahora cada cual analicemos nuestras vidas desde otro punto de vista.
Esto no empezó ayer ni acaba hoy, seguimos trabajando para cambiar nuestro mundo, desde nosotras mismas y nuestro entorno directo seguimos luchando día tras día. Desde la raíz del problema, nos cuestionamos nuestras vidas y los privilegios que tenemos y que no disfrutamos tod@s. Queremos que todas tengamos voz y no queremos que nadie esté por encima de nadie, queremos que hoy te preguntes: ¿Qué pasaba ayer? ¿Qué ha cambiado en tu vida? ¿Qué vas a hacer ahora? Porque ahora tenemos mucho que hacer, desde la reflexión y la autocrítica hasta defender nuestro espacio desde lo personal a lo colectivo. No vamos a dejar que nuestra lucha se convierta en carnaza burguesa. Ahora más que nunca somos clase trabajadora. Ahora más que nunca la juventud tiene claro el camino.
Ahora más que nunca vamos hacia adelante hermanas, ¡libres, fuertes y unidas!
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