Marcha enero 2025 a la cárcel de Villanubla (Valladolid)

Compartimos el manifiesto de la marcha a la cárcel de Villanubla -Valladolid- de enero de 2025, convocada por la Asamblea Anticarcelaria de Valladolid y apoyada desde el sindicato. Han participado más de cincuenta personas custodiadas por un dispositivo policial, que han rodeado la prisión y leído mediante megafonía el manifiesto, recibiendo respuesta de las personas encerradas, en un contacto solidario que ojalá se profundice. Porque los muros de la cárcel parecen levantarse no para que no salgan los presos, sino para ocultar lo que hay dentro.

¡Contra el trabajo esclavo, el abandono sanitario y el aislamiento penitenciario!

Es obvio que la cárcel castiga a la  pobreza y que no rehabilita ni busca la reinserción social. En este momento vemos adecuado centrar, como objetivos de la Marcha, estos tres motivos

  1. ABANDONO SANITARIO

Primero, mejorar urgentemente las patologías presentes en las personas presas. Exigimos una mayor atención sanitaria de especialistas, tanto en el plano mental como el físico, para paliar los efectos de enfermedades que se agravan por la falta de atención y las condiciones de vida insalubres. Es humano pedir la excarcelación en los casos más graves de enfermedades incurables para no pasar los últimos días de vida en miserables centros de exterminio.

El colapso de la atención sanitaria lleva años profundizándose y se caracteriza por la  importante escasez de profesionales. En el caso de los médicos hasta un 90% de bajas no  son renovadas o son parcialmente sustituidas por subcontratas y/o telemedicina. Mientras, se crean profundas grietas en la atención especializada de procesos crónicos (que debieran ser tratados con hospitalización).

No digamos de la atención psiquiátrica o  ginecológica, lo que ha disparado la morbilidad y mortalidad.

El número de suicidios se multiplica por 7 respecto de lo que ocurre fuera de los muros. Las emergencias se atienden mal y tarde.

El personal sanitario se convierte en escudo de los carceleros para administrar la contención mecánica y /o química., en una especie de SUBMEDICINA: «En vez de atender a los enfermos, se defienden de ellos»

.Como alternativa de acción rápida, fomentamos la autogestión de la salud mediante la solidaridad y el apoyo mutuo entre las personas presas, su entorno y los grupos de apoyo.

  1. EL TRABAJO ESCLAVO

Conocidas empresas y grandes centros comerciales se lucran de la sobreexplotación que legalmente practican con la población reclusa mediante salarios de miseria (salarios siempre inferiores a la mitad del salario mínimo, entre doscientos y trescientos euros mensuales, y, en ocasiones, por debajo del euro/hora) y la vulneración de derechos laborales.

No existe un baremo o lista de acceso a los puestos de trabajo, y los despidos son ceses sin precisar motivo justificado. El ente contratador es la entidad pública TPFE (Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo), adscrita al Ministerio del Interior. Los productos y servicios que se obtienen del trabajo se destinan a empresas externas (grandes superficies comerciales como el Corte Inglés, Carrefour, o Mercadona) o para la propia  Administración carcelaria a través de los oficios en cocinas, economato, etc.

Las Juntas de Tratamiento son las responsables de adjudicar los trabajos (aunque el Director de la cárcel posee el poder de extinguirlos). No existen despidos sino ceses que no requieren ser justificados.

Específicamente, la mujer continúa siendo discriminada laboralmente lo que se constata tanto en la modalidad de puesto adjudicados menos cualificados como en el salario que reciben.

La única solución en este ámbito es insistir en la lucha laboral dentro de las prisiones. Según estudios jurídicos fiables, sí es posible la defensa de los derechos sindicales de afiliación y huelga. Desde aquí animamos a los sindicatos combativos a ponerla en marcha.

  1. AISLAMIENTO PENITENCIARIO

La Justicia penal establece como condena la privación de libertad igual al tiempo que considera necesario para resarcir el daño causado en el crimen. Sin embargo, tanto este poder judicial como el reglamento del Sistema Penitenciario, imponen la condena en clave de CASTIGO, como lo demuestran las constantes extralimitaciones tanto de los responsables carcelarios como del habitual silencio complice de los jueces de Vigilancia Penitenciaria. El Aislamiento  Penitenciario, el FIES, el Régimen Especial Primer grado, el Régimen Cerrado…son mecanismos represivos que responden, a lo largo de los años, a toda iniciativa de las personas presas por mejorar sus condiciones.

La cárcel utiliza el método de combinar premios y castigos en función de la sumisión y la docilidad obtenida frente a las actitudes de quienes no se han ido doblegando. Es cierto que el número de personas en primer grado se ha reducido últimamente, pero sólo en la medida que la Administración va consiguiendo sus objetivos de sumisión. La pena formal es la privación de libertad. El aislamiento y la dispersión son castigos extrajudiciales que van más allá de dicha condena y deterioran las relaciones entre la persona presa y su entorno afectivo y familiar.

Recientemente, diversos Organismos de Derechos Humanos como OTEANDO (entre otros muchos) han comenzado una campaña contra el Aislamiento que desde aquí y ahora la incorporamos al Manifiesto de la Marcha a Villanubla del 2025.

¡Contra el trabajo esclavo, el abandono sanitario y el aislamiento penitenciario!

 

 

 

 

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