Manifestación: el viernes, 27 de Septiembre
Salida: desde Plaza Zorrilla
Hora: a las 20:30 h
La clase política que hoy nos toca sufrir, vuelve a insistir en sus pretensiones de reglamentar y decidir por todas las mujeres sobre aquello que es decisión exclusiva de la mujer: El ABORTO.
La decisión de abortar compete solo y exclusivamente a la mujer, nadie debería dudarlo, aunque sabemos que esta cuestión, EL ABORTO, es un asunto de toda la sociedad, porque plantear este tema es hablar a fin de cuentas sobre sexualidad y la forma en que nos relacionamos como personas sexuadas que somos.
EL ABORTO es el resultado de una relación sexual que ha finalizado con un embarazo no deseado. Por eso desde la Plataforma por la Sexualidad y Aborto Libres, además de reclamar y exigir que el aborto sea un derecho básico, que pueda efectuarse gratuitamente y con total libertad y garantías para la vida y salud de la mujer que así lo decida, reclamamos como necesario que se lleve a cabo una verdadera educación sexual, desde los primeros años de los niños y las niñas, sin tabúes ni condicionantes morales religiosos. Reclamamos igualmente que los métodos anticonceptivos tengan costes reducidos y estén al alcance de todas las personas.
Debemos tener presente que el aborto ha sido siempre el último recurso ante un embarazo no deseado, al que se recurre no por capricho sino en caso extremo. Por lo tanto Educación Sexual y Anticoncepción son las dos únicas herramientas para lograr que el aborto no sea necesario y disminuir el número de intervenciones.
La hipocresía imperante de las personas que ahora “legislan” –legisladores sin sotana- representa un paso más en la persecución y criminalización de las mujeres por el ejercicio de sus derechos ejecutada por los distintos gobiernos que se han ido sucediendo. Buscan imponer sus valores patriarcales y morales-religiosos a la totalidad de la sociedad cuando vivimos teóricamente en un Estado Aconfesional, en el que deberían respetarse todas las creencias y formas de sentir, sin que ninguna prevalezca sobre las demás.
Y aunque la Edad Media y la Inquisición quedan ya lejos en el tiempo sin embargo son otra vez, por desgracia, los principios religiosos de unos pocos hoy en el poder, los que se están imponiendo a toda la sociedad en la regulación legislativa planteada sobre temas como el aborto o la maternidad asistida –negando con ello a amplios colectivos, personas solteras, gays y lesbianas, la posibilidad de tener hijos e hijas-. Y con dicha legislación lo único que pretenden es por una parte consolidar el modelo fundamentalista cristiano de familia heterosexual, y por otra, escudándose en reducir el número de abortos, prohibirlo (limitándolo legalmente a escasísimos supuestos), perseguirlo y penarlo, por mucho que nos digan que a la mujer no se la condenará por abortar. En ningún momento se plantean que han de prevenirse ante todo los embarazos no deseados.
Por lo tanto, para reducir a la mínima expresión el número de abortos, la planificación familiar y la anticoncepción son aspectos básicos, junto con una educación sexual no represora ni dirigida por principios religiosos -a la que todos y todas deberíamos tener acceso- basada en la igualdad y en el respeto.
Desde esta Plataforma, por una Sexualidad y Abortos Libres, reclamamos el derecho de las mujeres y de los hombres a decidir sobre nuestro futuro, nuestras vidas y nuestros cuerpos, el derecho que toda persona tiene a recibir una educación sexual no represora y respetuosa. Reclamamos una buena planificación familiar sin que la orienten principios patriarcales ni religiosos, al alcance de todos y todas, con un acceso libre y barato a métodos anticonceptivos.
Denunciamos también el grave riesgo para la vida y la salud de la mujer que supondrá esta ley sobre el aborto que el gobierno pretende aprobar, pues todos y todas sabemos que la mujer que ha decidido abortar lo hará, aquí en este país y jugándose la vida, o en el extranjero si tiene recursos económicos que se lo permitan.
Igualmente denunciamos la hipocresía de muchos médicos que ejercen la denominada “objeción de conciencia” negándose a realizar abortos en sus puestos de trabajo dentro la sanidad pública, mientras que no tienen ningún problema en practicarlos en clínicas privadas cobrando cuantiosas sumas de dinero por ello. Como trabajadores y trabajadoras “públicos” deberían ejercer todas las funciones inherentes a su puesto de trabajo y si no están conformes con ellas, dejar de trabajar para la administración. Esa doble moral debe combatirse.
Nos importa la vida de las mujeres y no estamos dispuestas a retroceder en el tiempo, recuperando estadísticas que creíamos olvidadas sobre fallecimientos de mujeres que abortaron en condiciones inseguras.
Nos importa cómo vivimos y desarrollamos nuestra sexualidad y queremos hacerlo desde la seguridad, la libertad y el respeto, teniendo claro que la diferencia y diversidad sexual forma parte de la riqueza del ser humano y que todos y todas tenemos derecho a desarrollarla libremente, a decidir si queremos ser madres o padres, cómo y cuándo, con independencia de la edad que tengamos, de cual sea nuestro estado civil u opción sexual.
¡¡MOVILÍZATE!!
No podemos retroceder. No debemos permitir que unos pocos impongan a la mayoría de la sociedad unas leyes retrógradas basadas en principios religiosos.
Está en juego el cómo vivimos nuestra sexualidad, el modelo de familia que deseamos desarrollar y la vida y salud de muchas mujeres.
Sal a la calle para reclamar el derecho que todos y todas tenemos a decidir sobre nuestros cuerpos.