La Plataforma por la Sexualidad y el Aborto Libres organizó para el 17 de junio de 2017 una jornada de conmemoración del Motín del Pan de 1856, con un recorrido por los escenarios históricos del mismo, una charla entre diversos colectivos sociales y varios conciertos.
Con pancartas en las que se podía leer “Pan y Trabajo”, se fueron narrando los acontecimientos históricos en el Mercado del Val, la Plaza Mayor, San Benito y el Puente Mayor.
El origen de esta revuelta tiene que buscarse en los distintos acontecimientos previos a 1856 –malas cosechas, epidemias…- unidos a las crisis económicas del siglo XIX, así como a la especulación y la subida de precios de los alimentos. Todo esto sembró el descontento popular que terminaría por estallar en la ciudad de Valladolid la mañana del 22 de junio.
En una de las panaderías, aprovechando la escasez y el hambre, se subió un cuarto el precio del pan conforme a lo que el Ayuntamiento había pactado días antes. Una mujer apodada “la Madrileña” le recriminó la actitud a la tendera y comenzó entre ellas una pelea a la que se unirían otras mujeres. Poco después, un grupo de 200 mujeres, caminaba hasta la Plaza Mayor al grito de “Pan para el pueblo” iniciando así el “Motín del Pan de Valladolid”.
El alcalde, incapaz de calmar a la multitud que se iba agolpando frente al Ayuntamiento y en otros mercados, pidió ayuda, sin ningún éxito, al gobernador de la provincia. Los disturbios se iban desarrollando mientras los cargos del ayuntamiento se reunían para intentar atajar la situación: acordaron dar la Autoridad Política a la Superior Militar, quienes tenían orden de usar la fuerza de las armas y las atribuciones legales para casos de sedición.
Los amotinados se dirigieron hacía el Canal de Castilla para expandir las revueltas hacia las fábricas de harina, en manos de empresarios especuladores responsables de las subidas de precios del grano y la harina. La respuesta de las autoridades fue dar el mando a la Milicia Nacional, que declaró el estado de sitio: se daba un plazo de media hora a los manifestantes para volver a sus casas, los grupos de más de tres personas serían disueltos y los perturbadores juzgados.
Se cuenta que los amotinados tiraron el Gobernador al canal mientras cantaban: “Ya llegó el momento de que la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos coman mierda”. Al mismo tiempo los disturbios se propagaron por Palencia, Medina de Rioseco, Burgos, Benavente y Salamanca.
La dura represión de esta revuelta se saldó con cientos de personas detenidas. Oficialmente, 21 hombres fueron fusilados y 2 mujeres agarrotadas. Condenados a presidio y otro tipo de penas, 24, otras 61 fallecieron en las cárceles, aunque se cree que fueron muchos más, ya que las personas muertas no se inscribieron en los registros.
Tras finalizar el recorrido se preparó una comida popular y los asistentes se refrescaron en el río después de una marcha abrasadora. A las cinco tuvo lugar un coloquio entre diferentes colectivos de Valladolid. Después tuvieron lugar dos conciertos: Daia Moon y la cantante feminista argentina Sara Hebe.
El día, marcado por el ambiente festivo y de reivindicación terminó pasadas las once de la noche.
Porque la lucha de ayer hace la lucha de hoy, ni un paso atrás
Esta crónica está aquí gracias a Latidos Colectivos. Las fotos son de Latidos Colectivos, de Jorge Ovelleiro para últimoCero y de Alejandro Romera