La plantilla sindicada, que apostó por la huelga indefinida, ha sido subrogada en su totalidad. No fue así en el Centro Cultural Miguel Delibes o los centros cívicos de la ciudad, donde no hubo el apoyo necesario a los compañeros para que se produjeran las mismas circunstancias.
El pacto de fin de huelga acordó no sólo la subrogación, sino también la garantía de contratar a la plantilla al completo en la empresa puente. De lo contrario, los trabajadores bien podrían haber estado en paro hasta este mes de enero, todo conforme a la ley. Es gracias, por tanto, a la determinación de ir a la huelga que esta plantilla y al trabajo previo realizado, hoy no están en la calle, como sí ha ocurrido desgraciadamente en otros lugares donde MEG (la antigua empresa) también venía trabajando.
En estos otros centros las plantillas en su mayoría continúan, pero con la pérdida de antigüedad, entrar de nuevo bajo periodo de prueba, etc. Donde los distintos partidos políticos no llegan, la lucha colectiva sí.
Esta huelga se convocó en septiembre de 2022 y, apenas unos días después, se llegó a un acuerdo entre las partes: CNT, Ayuntamiento de Valladolid y la empresa saliente: MEG.
Los responsables políticos tanto de la Junta de Castilla y León, Diputación de Valladolid y ayuntamiento de Valladolid desprestigian este trabajo con sus políticas y licitaciones de «lo más barato gana» sin importar las condiciones laborales del personal que trabaja en estos espacios. Sin importar la solvencia económica de las empresas que dejan a deber miles de euros a las personas trabajadoras que desempeñan sus puestos con una eficacia inmejorable, en condiciones pésimas de seguridad, en definitiva, no encargándose como deberían de la cultura en nuestra ciudad.
Para luchar y reivindicar todas las injusticias del sector, el sindicato es la herramienta.
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