«El propósito de la esta charla no es el de convencer a ningún creyente sino la de hacer ver a quienes están próximos a las ideas libertarias lo vigente, o mejor, lo urgente de un posicionamiento ateo frente a los intentos de la Iglesia Católica de hacerse con el control absoluto de la sociedad civil. El título, tomado de un opúsculo del poeta romántico inglés Shelley, que le costó la expulsión de Oxford, viene bastante al caso en una sociedad como la nuestra en la que incluso la gente que dice luchar contra el sistema opina que el poder de la Iglesia es cosa del pasado y que el clero «ya no pinta nada.» Nada más lejos de la realidad, según nuestro punto de vista. Las razones las exponemos a continuación.»