Interesante y amena la conferencia sobre historia impartida en el día de ayer por Julián Vadillo, quien repasó los orígenes y la historia de este sindicato desde una perspectiva original como es desmontando los diferentes mitos creados por las diferentes historiografías a lo largo del tiempo.
Con la conmemoración del centenario de la CNT, no podía faltar una conferencia histórica que repasara la trayectoria de este sindicato y sus origenes a través de ciertos mitos creados a su alrededor.
Julián comenzó la conferencia con la intención de romper algunos de los lugares comunes alrededor de la historia del anarquismo, tanto fomentados por la historiografía oficial como por parte del mismo movimiento libertario, que en ocasiones interioriza el discurso derechista del mismo. De esta forma pasó a analizar brevemente la visión de la historia anarquista por parte de la historiografía fascista, marxista o la propia historiografía libertaria.
Una vez analizada esta pequeña cuestión, pasó a desglosar los diferentes lugares comunes en los que se suele encasillar al anarquismo de forma errónea:
¿Un anarquismo al margen de la sociedad?
El anarquismo cuando se introdujo en España en 1868 como movimiento político y sindical organizado realiza un análisis de la sociedad en la que vive y ve la necesidad de mejoras para la clase trabajadora. Por esta razón se constituyen las primeras sociedades obreras, como la Federación Regional Española (FRE). Cabe recordar que la Internacional se introduce durante el Sexenio Revolucionario y los anarquistas intentan canalizar los movimientos revolucionarios que se dan para conseguir sus aspiraciones por medio de la acción directa.
¿Clandestinidad del anarquismo?
Y pasamos a otro tópico como es la supuesta tendencia del anarquismo a la clandestinidad. Julián afirma tajantemente que esto no es así, al menos no para un sector mayoritario, ya que en los debates existentes a partir de 1881 cuando se aprueba la Ley de Asociaciones, el anarquismo legaliza sus secciones, como ocurre con la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), pretendiendo con ello intentar conseguir una mejora para la clase trabajadora desde la legalidad, pero sin renunciar nunca al procedimiento revolucionario a más largo plazo y cuando la clase trabajadora esté concienciada.
El terrorismo anarquista
Otro tópico existente es el referente a la llamada época del terrorismo anarquista (siento este muy diferente según cada caso, con infiltraciones policiales incluidas -siendo el caso de Rull es un claro ejemplo de ello-), en el cual acusaban de que detrás del atentado anarquista existía un entramado conspirativo a nivel internacional, cuando en realidad se trataban de acciones individuales que de hecho es repudiada por toda la prensa anarquista en su conjunto (como ocurrió con el atentado en el Liceo de Barcelona perpretado por Santiago Salvador), ya que consideran que esa no es la vía para alcanzar sus aspiraciones y que lo único que consiguen este tipo de acciones es que haya un proceso represivo muy fuerte contra ellos.
Incluso en la ética del terrorista anarquista de la época dista mucho de lo que entendemos hoy en día. Para comprenderlo, Vadillo nos relata el caso ocurrido en Barcelona en 1894 con el intento de asesinato de Cánovas del Castillo (quien fuera asesinado más tarde). Un anarquista le coloca una bomba frente a su casa, se aleja y ve que en ese momento aparece la hija de Cánovas con su madre, reaccionando en ese instante el anarquista para coger la bomba y que le estallara a él, evitando que muerieran ellas. El objetivo no era atemorizar a la población, ni matar a la hija de Cánovas del Castillo, sino él por ser quien legisla y reprime al anarquismo, es decir, se trataba de una cuenta pendiente personal entre Cánovas y el anarquista.
¿Contra la negociación y por la violencia?
Contrario a ese otro pensamiento acerca de lo dogmático de sus posturas, Julián destacó el pragmatismo de la CNT en muchas de sus etapas, llegando a afirmar que… «la CNT ha sido la organización más pragmática que ha existido en la historia de España», ya que «ha sabido analizar en cada momento lo que más podía convenir para el desarrollo y derechos de la clase trabajadora». Esta afirmación la demuestra con casos como la huelga de la Canadiense, la cual se dio por finalizada para negociar la jornada laboral de 8 horas, consiguiendose por primera vez en la historia de este país, siendo este un acontecimiento histórico que pocas veces se dice en las clases de historia. Nuevamente, el poder, en busca de revancha ante esta derrota histórica, volvió a la guerra sucia impulsando el pistolerismo de la patronal en las calles de Barcelona a través del llamado Sindicato Libre. Respecto a este hecho, Julián rompería otro mito ya que respecto a la violencia anarquista en respuesta a estos ataques del gobierno y la patronal, determinados sectores de la CNT, que no la CNT como tal, se salen de la organización, organizan grupos de acción para responder a esa agresión patronal.
Con la proclamación de la II República en 1931, siempre se ha afirmado que la CNT se opuso a ella y que de forma automática establece un ciclo insurreccional del primer bienio. Sin embargo, los únicos grupos políticos que se declararon contrarios a la República de forma explícita, fueron los monárquicos y los comunistas (el PCE la recibió en la Puerta del Sol con el grito de «abajo la República, vivan los soviets»). De esta forma, aseguró que la CNT apoyo la proclamación de la República, y esta afirmación la apoya en el comunicado del Comité Regional de Cataluña de la CNT. Es más, la CNT estuvo en todas las conspiraciones contra la dictadura de Primo de Rivera, y para la caída de la monarquía de Alfonso XIII, entrando en contacto con todos los círculos republicanos en el exilio, donde hay propuestas como las de Mauro Bajatierra o Manuel Buenacasa (que formaba parte del Comité Nacional de la CNT) que proponen a Miguel de Unamuno y a Ramón y Cajal, respectivamente, para la presidencia de la República, ya que los anarquistas consideraban que a través de la República, con un régimen más amplio de libertades habría mayores posibilidades de establecer el Comunismo Libertario.
Avanzando en el trascurso histórico, Vadillo se detuvo en el Congreso de Zaragoza de la CNT en 1936, para aclarar que a pesar de que fue desarrollado en el Congreso del Comunismo Libertario, donde se marcaría la actitud de la CNT ante la guerra civil, lo cierto es que dicho concepto confederal se había formulado anteriormente en el Congreso de la Comedia de Madrid en 1919, y también por Isaac Puente y otros militantes anarcosindicalistas, ya que no se trata de un concepto cerrado al contrario de lo que ocurre con el estructuralismo marxista.
Por tanto, en este congreso de Zaragoza hay dos novedades fundamentales:
La reintegración de los sindicatos de la oposición, los llamados Trentistas que se habían escindido años atrás, así se conoce a este congreso como el Congreso de Reunificación.
Proponen un pacto revolucionario a la UGT, analizando que por sí sola no puede acabar con el capitalismo, por lo que es necesario una gran alianza obrera entre ambos sindicatos.
Como anécdota de este Congreso, se habla del ejército, no para abolirlo sino para servirse de él para defender la revolución, tal y como el propio Buenaventura Durruti indicaba. Así durante la guerra, la CNT militariza alguna de sus columnas.
Con la sublevación militar en julio de 1936, se culpa a los anarquistas de generar los mayores males en la retaguardia, sin embargo fueron ellos mismos los primeros que salen a defender la República y en favor de la defensa y libertad de los trabajadores, tanto en el caso conocido de Barcelona, como en Madrid con el asalto al cuartel de la Montaña.
A pesar de que historiadores como Julián Casanova afirma que las colectividades se hicieron a punta de pistola por parte de las milicias catalanas que llegaban a Aragón. Sin embargo Alejandro Díez Torre, historiador que ha estudiado con profundidad este proceso histórico, afirma que el sentimiento colectivista aragonés estaba imbricado del propio pueblo, tal y como afirmara en su momento el propio Joaquín Costa en su libro «Oligarquía y caciquismo». Son los propios campesinos aragoneses los que realizan las colectividades antes de que llegaran las milicias.
¿Represión anarquista en la retaguardia?
Tal y como indica Vadillo, «siempre se ha establecido que son los anarquistas los que ejercen la más cruenta represión en la retaguardia republicana». Sin embargo existen demostraciones que desmienten por completo esta versión, como el hecho de que García Oliver cuando preside el ministerio de Justicia, la primera disposición que toma es la clausura de las prisiones del Frente Popular, estableciendo por el contrario los tribunales revolucionarios, redactada por los abogados republicanos Ortega y Gasset, y Eduardo Barriobero, estableciendo un régimen garantista, donde el preso tiene todos los derechos a defenderse. En palabras de Vadillo, «consigue desarrollar las leyes jurídicas más avanzadas en toda la historia de España, incluída la actualidad».
En cuanto a las llamadas «sacas de presos» en Paracuellos, las frena el anarquista Melchor Rodríguez, siendo Director General de Prisiones.
En este sentido, Vadillo animó a los presentes a reivindicar nuestra presencia en los distintos foros y debates relacionados con la llamada «recuperación de la memoria histórica» para echar por tierra todas esas argumentaciones tendenciosas que distorsionan la realidad de una manera alarmante. Un ejemplo de ello es cómo la pseudo-historiografía equipara la represión de un lado a otro, cuando es absolutamente abismal las diferencias en ambos bandos. Para los fascistas estaba claro, había que exterminar por completo al enemigo, y en esas palabras se pronunciaban personajes tan nefastos como el general Mola.
A pesar de toda esa represión sistemática y genocida del franquismo, Vadillo alavó la lucha que la CNT siguió adelante oponiendose al franquismo desde la clandestinidad con la reorganización de los sindicatos, desde el exilio y desde la puesta en marcha de la guerrilla. Un claro ejemplo es la huelga de tranvías en Barcelona en el año 1951 donde participa activamente la organización de forma clandestina.
En este momento Vadillo cedió la palabra a los asistentes acerca de las cuestiones que más les interesaban referidas a cuestiones tan dispares como el maquis, la transición, o la situación actual del movimiento obrero.Con la conmemoración del centenario de la CNT, no podía faltar una conferencia histórica que repasara la trayectoria de este sindicato y sus origenes a través de ciertos mitos creados a su alrededor.