La nueva reforma de la ley del aborto supone otra ofensiva más a nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, nuestra vida reproductiva y nuestra maternidad.
Por ello, os animamos a acudir a la manifestación que tendrá lugar el
jueves 20, a las 20h, desde la Plaza de Fuente Dorada
La interrupción voluntaria del embarazo es un derecho que tenemos las mujeres. DERECHO, NO OBLIGACIÓN.
Quiere esto decir que las mujeres (no la ley, ni la iglesia, ni el estado, ni ninguna otra persona) somos las que decidimos si queremos seguir adelante con el embarazo o no.
En un contexto cada vez más represivo sobre todo en aspectos laborales y sociales, las mujeres sufrimos las consecuencias de lo que llaman crisis: despidos baratos, contratos cada vez más precarios, privatización de servicios públicos con todo lo que afecta a sanidad, educación, servicios sociales casi nulos, eliminación de las ayudas a la dependencia, etc. Pretenden que las mujeres, poco a poco, volvamos a quedarnos dentro de casa, cuidando, como hace 50 años.
Y en esta línea, el ministro de in-justicia, Gallardón, nos quiere quitar lo poco que hemos logrado con la lucha feminista: poder abortar en la sanidad pública hasta las 14 semanas.
La despenalización parcial del aborto en el 85 fue un avance fruto de nuestra lucha, que aunque insuficiente, desenmascaró la posición política del PSOE respecto al aborto, lo cual quedó corroborado en la última reforma donde 25 años después lo mantuvieron como delito. Ahora, por las presiones de sectores ultraconservadores como la jerarquía de la iglesia católica quieren dejarnos sin nuestro derecho a decidir libremente y seguir considerándolo como un delito tanto para las mujeres como para los y las profesionales.
El estado nos reprime de mil formas, y una más y muy dura para nosotras, es negarnos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra maternidad. Esta sociedad patriarcal entiende que las mujeres somos propiedad de los varones y que no estamos capacitadas para tomar decisiones, por ello quiere seguir con la apropiación y el control de nuestro cuerpo y de nuestra sexualidad. El maltrato institucional nos aboca a la violencia estructural. Sin respeto a nuestras decisiones no hay futuro en igualdad para las mujeres.
1. Exigimos que se respete el derecho de las mujeres, incluidas las menores, a decidir: la interrupción voluntaria del embarazo es una decisión que debe tomar cada mujer libremente, sin ningún tipo de coerción.
2. Exigimos que se garantice nuestro derecho de acceso a un sistema sanitario público, de calidad, gratuito y universal, independientemente de nuestro origen o clase social y del territorio en que residamos.
3. Exigimos que no se utilice la objeción de conciencia como argumento para impedir este derecho.
4. Exigimos que se establezcan políticas reales y efectivas de planificación familiar, incluidas en el Sistema Nacional de Salud y protección frente a las enfermedades de transmisión sexual.
5. Exigimos anticonceptivos gratuitos, formación para la juventud y que se fomente la investigación en anticoncepción.
6. Exigimos que en el sistema educativo se incluya la educación en igualdad con materias que aborden las relaciones afectivas y sexuales.
7. Exigimos que haya una formación específica en estas materias para el personal sanitario, educativo y de servicios sociales.
8. Exigimos la completa despenalización del aborto y que se aplique en todos los territorios.
9. Exigimos la supresión en su totalidad de los requisitos de tutelaje administrativo (3 días de reflexión, sobres informativos…), pues son una total coacción que obstaculiza la libre decisión.
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