Las organizaciones sindicales Confederación General del Trabajo (CGT), Confederación Nacional del Trabajo (CNT), Solidaridad Obrera (SO) y Coordinadora Sindical de Clase (CSC) nos reunimos el pasado 24 de junio en Madrid para valorar las respuestas que, ante el ataque sin precedentes que trabajadores y trabajadoras estamos sufriendo por la política de recortes y pérdida de derechos impulsada por el gobierno y las instituciones europeas, a instancias de la patronal y los mercados, debemos oponer en un proceso de lucha coordinada desde la unidad de acción y de clase.
Las distintas organizaciones sindicales participantes compartimos el rechazo frontal a unas políticas que, con las sucesivas reformas laborales, los recortes en el sistema de pensiones, la reforma de la negociación colectiva y los recortes sociales y en los servicios públicos, pretenden, una vez más, que sean los trabajadores y trabajadoras, y los sectores más débiles de la sociedad, quienes paguen la crisis capitalista.
Compartimos igualmente la necesidad de poner en marcha una respuesta común, que por encima de las diferencias, avance hacia la unidad de los trabajadores y trabajadoras en la movilización y la lucha, contando con la participación de todas aquellas organizaciones sindicales, colectivos de trabajadores y movimientos sociales contrarios a la política de pacto social y desmovilización impulsadas desde el sindicalismo institucional de CCOO y UGT.
Creemos necesario luchar desde la ruptura con un modelo sindical, que en los últimos 30 años nos ha conducido a sucesivas pérdidas de derechos, y que en este momento de aguda crisis del capitalismo, ha demostrado su complicidad y su falta de voluntad y capacidad para dar una respuesta a los ataques contra la clase trabajadora. Un modelo sindical que ha promovido un sindicalismo institucionalizado, dependiente del estado, dirigido a impedir la movilización y la participación real de la clase trabajadora en organizaciones sindicales autónomas y con voluntad de lucha.
La reforma de la Negociación Colectiva, que se está tramitando en el parlamento es, además de un nuevo y grave recorte de derechos, una vuelta de tuerca más para tratar de controlar la conflictividad laboral y la lucha social, consolidando el bisindicalismo institucional y su papel como gestores de la crisis en favor de los intereses capitalistas, recortando aún más la capacidad de acción de otras organizaciones sindicales, y la libertad sindical de trabajadores y trabajadoras.
La reunión del 24 de junio es el primer paso de un proceso que en los próximos meses impulse la movilización desde reivindicaciones comunes, debatidas y asumidas por los trabajadores y trabajadoras, con el horizonte de una Huelga General con capacidad de enfrentar la actual ofensiva y avanzar en la conquista de nuevos derechos sociales.
Los acontecimientos surgidos a partir del 15M han roto con el clima de pasividad previo y nos sitúan en un escenario de movilización, sin precedentes desde que surgió la crisis, que ahora debe trasladarse a los centros de trabajo, situando las reivindicaciones sociales y económicas de trabajadores y trabajadoras en el centro del debate público, aportando a este movimiento las herramientas necesarias para la confrontación y la lucha en el terreno económico y laboral, complementando a las demandas socio-políticas la acción concreta contra el capitalismo.
La situación nos exige una respuesta proporcionalmente igual de contundente que las medidas que estamos sufriendo los trabajadores y trabajadoras y por ello consideramos necesario no sólo continuar con las luchas sindicales que llevamos a cabo, sino dar un paso que rompa definitivamente con este modelo de sindicalismo institucionalizado y generar un precedente en el cual seamos los sindicatos de clase quienes empecemos a marcar los tiempos desde la acción ofensiva para conseguir nuestros objetivos.
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