Su paso por el frente al lado de las milicias libertarias, le dió a Diego la sabiduria necesaria para terminar escribiendo obras imprescindibles para la memoria revolucionaria.
El sindicato CNT de Barcelona informaba ayer por la tarde del fallecimiento del histórico militante libertario Diego Camacho, más conocido por su pseudonimo Abel Paz. No se conocen aun las causas de su muerte, aunque el historiador contaba con 87 años. Hoy a partir de las 16h será trasladado al tanatorio Barcelonés de Sancho de Avila, junto al puente de Marina.
Abel Paz, tal y como firmó una parte muy importante de la memoria libertaria de este país, nació en Almería, un 12 de agosto de 1921. Escritor, historiador y autodidacta. Nacido y criado entre jornaleros del campo, se aproximó muy pronto al anarquismo, entrando a formar parte de las Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL) y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Combatió en 1936 en el frente de Artesa, en Lérida, de la mano de los grupos de defensa confederales del Clot. Fue internado en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer, y en los de Bram, Saint-Cyprien, y Le Barcarès, y posteriormente forzado a trabajar en el muro del Atlántico para el Partido Nacionalsocialista hasta 1941. Regresó a la España franquista y fue encarcelado dos veces. Luego volvió a Francia, y no regresó nuevamente a España hasta 1977 estableciéndose definitivamente en el barrio de Grácia en Barcelona.
Su paso por el frente al lado de las milicias confederales y libertarias, le dió a Diego la sabiduria necesaria para terminar escribiendo obras imprescindibles para la recuperación de la memoria revolucionaria de los trabajadores del Estado Español, como «Durruti, en la revolución española», «Crónica de la Columna de Hierro» o «Entre la niebla», autobiografía publicada en 1993. Por otra parte, ha participado en numerosas conferencias relacionadas sobre el anarquismo y la revolución de 1936, en el ámbito libertario y cenetista.
La vida e historia de Diego Camacho es la tónica general de los revolucionarios libertarios españoles. Con el paso del tiempo nos van abandonando, aunque su obra sigue viva en jóvenes corazones.
«Soy anarquista y ser anarquista es ser una persona coherente (paz espiritual, la tranquilidad, el campo, trabajar lo menos posible, el suficiente para poder vivir, disfrutar de la belleza, del sol. Disfrutar de la vida con mayúsculas, ahora se vive en minúsculas). Tener una conducta personal. Llevar las ideas a la práctica al máximo, sin esperar que haya una revolución. Eso se puede hacer ahora. Es una concepción filosófica, es un estado de espíritu, una actitud ante la vida. Pienso que esta sociedad está muy mal organizada, tanto socialmente, como políticamente, como económicamente. Hay que cambiarlo todo. El anarquismo invoca una vida completamente diferente. Trata de vivir esta utopía un poco cada día.»
Abel Paz
Fuente: La Haine
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