Ya está disponible para todo aquel que quiera hacer uso del periódico cnt nº 419 correspondiente al mes de mayo de 2015. Al precio de 1,5 € en los diferentes sindicatos o bien por internet.
En este número:
Portada | El anarcosindicalismo exhibe su fuerza el 1º de mayo en todos los territorios
Sindical pág 9 | Martín Paradelo asume una CNT volcada en su XI Congreso Confederal
Economía pág 10 | ¿Está el euro a punto de estallar?
Actualidad pág 12 | Fukushima cuatro años después
Global pág 18 | Movilizaciones contra la Expo de Milán
Memoria e Historia pág 21 | 1º de Mayo: 125 años de un símbolo en la lucha obrera
Cultura cuadernillo central | Entrevista a Pamela Palenciano: «El amor romántico pierde a las mujeres»
Opinión pág 26 | ¿Qué respuesta dar ante la creciente represión del Estado?
Contraportada | Nuestros locales // Bilbao: Diez años en el Casco Viejo más combativo
Editorial del Secretariado Permanente del Comité Confederal:
El 24 de mayo no votamos. 365 días de autogestión
El día 24 de mayo hay elecciones de nuevo. Se nos dice que es tiempo de elegir a quienes nos representarán durante cuatro años, a quienes -dicen- habrán de solventar nuestros problemas con su quehacer diario.
De poco vale esperar cambios profundos metiendo sangre nueva en las instituciones. Hay una vieja verdad que a cada tanto reverdece: el poder corrompe a quien lo ostenta. La experiencia demuestra que no podemos aspirar a transformar la sociedad desde los parlamentos, ni siquiera en el ámbito municipal; en la CNT pensamos que no se puede construir un mundo nuevo, más libre e igualitario, utilizando las herramientas que nos dieron los amos.
Es tiempo de tomar la vida en nuestras manos y dejar de confiar en políticos, mesías y supuestos benefactores. Los trabajadores y trabajadoras no podemos seguir esperando. De nada vale criticar a los políticos si luego, a la hora de la verdad, se acude a las urnas y nos quedamos de brazos cruzados. Se legitima el robo, el abuso de los que más tienen, la angustiante falta de libertad. Hay que lanzarse decididamente a la conquista de unan ueva sociedad donde, por encima de todo, prime la justicia social, donde la economía esté al servicio del pueblo (y no al revés).
Tenemos razones de sobra para dejar de obedecer sus normas. Nos quieren atados de pies y manos; así que, antes que nada, dejemos de acatar el dictado de los que quieren dominarnos: que no votar signifique hacernos responsables de nuestros propios problemas, que no votar sea un ejemplo de que hemos apostado por cambiar la sociedad desde la base y entre iguales. Da igual quien sea el alcalde, solo se cumplirán nuestras reivindicaciones si luchamos unidos.
Los años de crisis económica han hecho que miles de personas levanten la cabeza para buscar ayuda entre los suyos. Se cuentan por miles las victorias invisibles de los de abajo. Cada desahucio parado, cada huelga ganada, cada derecho laboral que hacemos valer, cada vez que nos organizamos para no dejarnos pisotear, estamos demostrando que no necesitamos a los políticos para resolver nuestros problemas y que la solidaridad funciona.
Debemos ser capaces de tomar las decisiones en común, sin que nadie tenga el privilegio de representarnos permanentemente; confiemos en nuestra capacidad para luchar al margen de líderes políticos y liberados sindicales. Es tiempo de hacer frente a los que mandan empezando por abajo, de ponerle freno a este desastre permanente llamado capitalismo. Hay que seguir construyendo: en cada plaza, en cada barrio, en cada pueblo, en cada centro de enseñanza, en cada fábrica, no perdamos el tiempo eligiendo a los que, una y otra vez, nos volverán a traicionar, y vamos a juntarnos para defender nuestros derechos, hacer valer nuestra manera -más libre e igualitaria- de ver el mundo y avanzar en la conquista de una nueva sociedad que nazca de las ruinas de este sistema criminal que pretende arrebatarnos el futuro y la esperanza.
En la CNT lo tenemos claro: no se trata de votar para cambiar de amo ni de confiar nuestros problemas a ningún político o liberado sindical de turno; se trata de enfrentar el reto de luchar por lo que es nuestro sin delegar en nadie, organizando nuestro esfuerzo y nuestras ganas de vivir de otra manera, en un mundo más libre y justo.
Por eso mismo, el 24 de mayo: nosotras no votamos.
Anarcosindicalismo: 365 días de lucha, 365 días construyendo autogestión.
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