Luego, aquí (y decimos “aquí” refiriéndonos al resto del Estado español) se hablará con envidia de la huelga. Se escucharán reiteradas voces diciendo “es que allí sí que saben pelear” y otras similares. Y claro, la cuestión es que en País Vasco y Navarra hay conciencia de clase, hay clase trabajadora organizada en sindicatos, hay implantación sindical en las empresas. Y eso hace posible allí:
- Que si se convoca una huelga, esta pueda ser eficaz (la producción se pare).
- Poder plantearse seriamente el hecho de convocar una huelga.
- No ir a rastras de otras organizaciones tipo CCOO-UGT, porque allí tienen implantación en las empresas los sindicatos combativos.
Para buena parte de estos, el curro militante en las empresas se sigue dejando de lado: que lleva mucho trabajo, o es muy refor, o paso de siglas, o… Suena hasta a viejo la lucha obrera, ¿no? [2] Parece mejor, en muchos casos, organizar actividades para ya convencidos, folclóricas y ensimismadas.
Junto al rechazo libertario pasado de rosca al trabajo sindical de base, hay que contar la apuesta por un presunto atajo electoral, que se considera «más realista». Una apresurada apuesta por ocupar puestos de vanguardia a cuenta del presupuesto público, que atosiga exigiendo apoyo -a la caza del abstencionista- y que muestra tanta ignorancia como desprecio hacia lo que podemos hacer trabajadoras y trabajadores defendiendo nuestros derechos en el puesto de trabajo.
No deja de ser curioso ver a unos cuantos haber hecho el tránsito -sin solución de continuidad- desde presumir en su grupo afín de tener el «slogan anarquista» más grande hasta el ponerse en el escaparate electoral a ofrecerse como nuevo amo bueno, bonito y barato.
CCOO ya ha lanzado un comunicado desmarcándose de la huelga de enero. Tendrá su efecto que lo haga, sin duda, pero hablamos de País Vasco y Navarra, donde la mayoría sindical no la componen CCOO y UGT. ¿A qué esperamos en el resto del Estado para implantar un sindicalismo combativo en las empresas capaz de luchar por “trabajo, pensiones y vida con dignidad”?
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[1] La “Carta de los Derechos Sociales de Euskal Herria” desde la que se lanza la convocatoria afirma que “nos parece necesario dar un salto en favor de unas condiciones de trabajo, unas pensiones y una vida dignas. Nos une este convencimiento triple: por un lado, las pensiones son cosa de todas y todos, tanto de las personas que actualmente son pensionistas como las del futuro; por otro lado, la lucha en favor de unas condiciones de trabajo dignas es imprescindible; y por último, se han de garantizar los derechos sociales (…) Al fin y al cabo, queremos construir otro modelo socio-productivo, poniendo la vida en el centro, dando prioridad a la sostenibilidad de los cuidados y del planeta. Estos son los ejes principales de dicho modelo”.
Las reivindicaciones que exponen son las siguientes:
– Pensión mínima de 1080 euros,
– Edad máxima de jubilación a los 65 años,
– Sueldo mínimo de 1200 euros,
– Jornada laboral de 35 horas semanales.
– Dejar sin efecto las reformas laborales y de negociación colectiva aprobadas los últimos años.
– Garantizar los derechos sociales.
[2] Hablar de las luchas obreras y la conquista de las 8 horas uy qué del pasado, en cambio de las ideas de la Ilustración y del sufragio universal qué top. Ídem para hablar de Kropotkin (épocas remotas ya pasadas y desfasadas), no como Adam Smith (todo en su ser de lo más actual).
Enlaces con la noticia en distintos medios:
https://www.diariovasco.com/economia/pensionistas-agentes-sociales-20191023173412-nt.html