Los personajes de «El Corazón del Sueño» son corazones revolucionarios, corazones libertarios. A lo largo del verano y otoño de 1936 estos corazones, mujeres y hombres, avanzaron por una grieta en la historia que pudo poner el mundo al revés, que bien pudo cambiar el rumbo de lo conocido. Atravesados por los conflictos entre las ideas y las imposiciones de la guerra, atravesados por las euforias eléctricas de las victorias y la desesperación cruda de las derrotas, los corazones de nuestra historia son muestras de dignidad monumental, de pasión por la libertad y la justicia, de un deseo irreductible por alcanzar un mundo nuevo.
El pasado 7 de diciembre Rubén Uceda, el autor de El Corazón del Sueño, se ofreció a presentar su obra en CNT, con lo que pudimos hacer otro de los actos sobre cómic libertario que la comisión de cultura y comunicación intenta sacar adelante en su interés en profundizar en todas las fuentes de expresión anarquista.
La obra que presentó es una novela gráfica editada por las compas de Solidaridad Obrera que sintetiza adictivamente la experiencia de la revolución antifascista del 36, tras el golpe de Estado franquista. Además de un «garabatero en provecho de causas dignas», Rubén es un conferenciante nato que hizo una presentación deslumbrante a la vez de su obra y de aquel período histórico, basada en un cuidado apoyo audiovisual.
Uno de los aspectos más interesantes de la presentación fue el dar a conocer la cocina tras un cómic como éste: toda la labor de documentación que conlleva como obra histórica pero también todo el serio trabajo que consiste la plasmación en papel de estas historias.
Tener en las manos El Corazón del Sueño es tener en las manos un elemento de sensibilización y concienciación de primer orden. No cabe duda de que el lenguaje de ese arte secuencial que es el cómic puede abrir muchas puertas en la conciencia de una sociedad a la que se pretende adormecer y mantener en la ignorancia sobre sus propias capacidades.
La exposición nos dio para mucho debate: debate sobre los aspectos históricos -dándole vueltas a figuras como Cipriano Mera o a las siempre inquietantes discusiones sobre la relación entre esfuerzo de guerra y revolución- pero también sobre estas cuestiones de divulgación de problemas libertarios en formatos nuevos, o sobre otros autores que han tratado los mismos momentos históricos, como Carlos Giménez o Antonio Altarriba -que también presentó en CNT su obra ‘El arte de volar’-.
En este tiempo, Rubén ha publicado otra obra imprescindible, Atado y bien atado, con la cobertura de editorial Akal. Es obra que esta vez estimula a la reflexión sobre un periodo de la historia reciente made in Spain que se quiere tergiversar desde instancias oficiales y que recomendamos vivamente. Porque la lucha de ayer hace la del hoy, o sea mañana.
Esta novela gráfica recorre los años de la llamada Transición española a la democracia a través de sus protagonistas: los obreros, las mujeres, los vecinos de los barrios, los militantes revolucionarios, los campesinos, los quinquis, los presos comunes, los torturados por sus ideas, entre otros muchos. Y también a través del dictador y del rey, de los patronos, militares y espías. Atado y bien atado cuenta historias ocultadas, olvidadas o manipuladas, las que no sirven para construir relatos oficiales, las que empujan la historia para lados contrarios, las que ensucian el fino mantel de hilo que cubre la mesa de quienes pretenden tenerlo todo atado y bien atado. Historias que, en definitiva, componen una memoria colectiva de todos aquellos y aquellas que siguen anhelando desatarse.
Hacemos nuestras y vuestras las palabras de Habeas Corpus que sirven de pórtico a El corazón del sueño, esperando poder hacer algo por cambiar la tendencia.
El tiempo pasa y juega…
juega y pasa a vuestro favor.
La historia pasa y juega…
juega y pasa a vuestro favor.
Enterrad la historia bajo la ruina de la desmemoria,
bajo un manto de silencio y otro de revisionismo.
Sepultad la memoria en la fosa común del olvido,
donde no alcance la luz ni el recuerdo de los vivos.
A quién le importa saber quiénes fuimos,
cuando hoy ni siquiera sabemos quienes somos.
Reinventad la historia,
dadle vuestra propia forma.
Escribidla de tal modo que no se os escape nada.
Convertidla en mito o en pasto de las llamas.
Borrad sus testimonios y reducidlos a cenizas.
Enterrad a los muertos,
y también enterrad a los vivos.
¿Bajo qué?
Bajo un manto de olvido.
¿Hasta qué?
Hasta que todo pierda sentido.
¿Para qué?
Para que nadie cuente nada.
Para que nadie sepa nada.
Nadie.
Para que no se aprenda nada.
Para que no se descubra nada.
Nada.
Pra que nadie diga nada.
Para que nadie remueva nada.
Nadie. Nada.
Para que sea perpetua esta calma.
Nadie. Nada.
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