Jueves 8 de Marzo. Un año más, vuelve el día de la mujer trabajadora a la ciudad de Valladolid. Cerca de un millar de personas congregadas en la plaza Fuente Dorada, y posteriormente caminando codo con codo por las calles del centro de la ciudad. Caras desconocidas y personas que poco, o nada, tienen que ver, caminando lxs unxs contra lxs otrxs. Partidos políticos y sindicatos amarillos paseaban con caras de alegría y gritos de protesta y cánticos revolucionarios, llevando pancartas y banderas que proclamaban su feminidad. Una burda comedia más del tipo que nos tienen acostumbrados, porque… ¿Qué hace esa gente a lo largo del año para lograr una igualdad efectiva y real? ¿Por qué sólo está bien proclamarlo cuándo se trata de hombres y mujeres y no cuándo se habla de personas? Diputación de Valladolid chirigoteando “Hijos del Pueblo” (versión feminista) , las feministas exaltadas del PSOE cantando hasta en francés “Liberté et egalité”, Izquierda Castellana, como siempre, con sus banderones de 3 metros (otra cosa no sé, pero banderas no les faltan…)…
El bloque negro, como casi siempre, al final de la manifestación. CNT iba última, con dos grilleras y la mayor parte de la policía que se aglutinaba en la manifestación. Unas cincuenta personas, que en su mayoría simpatizantes, caminaban junto a sus compañeros y compañeras, tras la pancarta que rezaba “Rompe los circuitos de la precariedad femenina”, junto al dibujo de una fémina descalza provista de un tirachinas. (El dibujo es obra del artista neoyorkino Eric Drooker*). Esta pancarta era un tanto discreta respecto a las demás, ya que las siglas del anarcosindicato no se hallaban reflejadas. Tampoco se llevaban ningún tipo de banderas, aunque si se repartieron panfletos informativos a cerca de este día tan “celebrado”. Como nota de “humor” (si es que puede llamársele así), ciertos paseantes se quejaron de la extensión del panfleto (una octavilla por ambas caras) ya que suponía mucho esfuerzo su lectura. Como dato curioso, recalcar que la asistencia de personal masculino fue similar a la de mujeres. Siempre está bien saber que los compañeros nos apoyan en esta lucha, y no sólo en días contados. Como nota negativa, no hubo gritos ni lemas prácticamente en toda la manifestación, y lo pocos surgidos fueron tapados por altavoces y músicas varias.
Delante iba CGT, en su mayoría mujeres. Algunas iban subidas en una camioneta preparada para la ocasión con un altavoz que reproducía canciones y consignas que se lanzaban por parte de estas mujeres y algunos niños y niñas que les acompañaban, disfrutando del alboroto reinante desde sus puestos. Lo cierto es que canciones y lemas animaban el “espectáculo” (puesto que es lo que prácticamente viene a ser este día…), sintonizando desde canciones de la Guerra Civil, hasta otras más recientes de Paulina Rubio o Amaral. Incluso muchas personas encuadradas, por así decirlo, en este bloque, llevaban gorritos de miliciano.
Al final del recorrido (se comenzó en Fuente Dorada, se subió por Duque de la Victoria, Miguel Íscar, calle Santiago, plaza Mayor y se volvió a la plaza Fuente Dorada), se leyó un comunicado por parte de las «autoridades» feministas vallisoletanas, mientras CNT extendía su pancarta en el suelo, y CGT continuaba pinchando su música.
Ahora, 4 días después del 8 de Marzo, llega el momento de hacer las reflexiones pertinentes, si es que no se han hecho antes. Nos encontramos ante un panorama en el que un gobierno hipócrita se permite el lujo de hacer leyes para conseguir la “igualdad” de la mujer, consiguiendo por el contrario, mayor discriminación, ya que no existen discriminaciones positivas. El sentimiento paternalista y protector que ejerce el estado sobre nosotras las mujeres, no nos beneficia en absoluto. No consigue más que hacernos depender de Papá Gobierno, y algunas personas (que no sólo mujeres), ingenuas, piensan que sirve para algo. Es hora de que cada persona luche y se comporte día a día de igual a igual con sus semejantes, ya sean hombres, mujeres, ricos, pobres… Ni amos ni amas, ni esclavos ni esclavas.
Por otra parte, cabe preguntarse la utilidad real de este día. Al fin y al cabo, la mayor parte de las mujeres que asistió a la manifestación se encuentran afiliadas a alguno de los partidos o sindicatos asistentes, y salían a pasear siglas y banderas. ¿Qué pasa con el día a día? ¿Cuántas de esas personas realmente se comportan día a día de acuerdo a estos presuntos deseos de igualdad, libertad, tolerancia… y demás palabras de las que han conseguido borrar el significado? Retomemos los conceptos de apoyo mutuo entre personas, de igualdad entre personas, de libertad para las personas… Basta ya de hipocresía.