Los hombres y mujeres de la CNT amamos nuestra tierra, la naturaleza que nos rodea, sentimos un profundo apego al lugar donde hemos nacido, a nuestras familias… Ese sentimiento es universal en todos los pueblos del mundo. Nos oponemos frontalmente a que ese sentimiento sea utilizado tantas veces para dividir y engendrar odio, para levantar estados, con sus fronteras y sus aparatos represivos. Estamos totalmente en contra de la propiedad privada bastión de las multinacionales que nos explotan y acaban con los recursos que son de todos. El agua, el aire, la luz, los bosques no pueden estar en manos de unos pocos. Por lo tanto, nuestra defensa de la tierra es literal y radical, sólo la entendemos colectiva y gestionada de forma racional entre todos y todas.
Los hombres y mujeres de la CNT creemos profundamente en la democracia, pero no en esa de la papeleta electoral, creemos en la democracia que mana de nuestras asambleas, la que rompe con las jerarquías, la que no delega en políticos corruptos y mediocres. Ejercemos nuestra libertad organizándonos en sindicatos, en nuestras ciudades o pueblos tomando decisiones de abajo arriba, defendiendo el modelo federal como herramienta de lucha frente a nuestros enemigos de clase. Asimismo, estamos organizados internacionalmente en la AIT aplicando con ello los principios de solidaridad y apoyo mutuo entre los trabadores de todo el mundo.
Los hombres y mujeres de la CNT respetamos las creencias de todas las personas. Todas las personas tienen creencias morales o religiosas que les sirven para contestar preguntas a las que no tenemos respuestas. Nos oponemos a que haya instituciones que monopolicen esos sentimientos que controlen a las personas desde el momento en que nacen hasta que fallecen, que hagan política o juzguen a personas por aplicar sus derechos ganados tras años de lucha. Estamos en contra de una iglesia subvencionada hasta la saciedad, reaccionaria, jerarquizada y que sirve a los intereses de los poderosos, siendo el apoyo ideológico más importante que tiene el sistema en estos momentos.
Los hombres y mujeres de la CNT estamos preocupados por la escalada bélica en todo el mundo. Este negocio de la guerra permanente basado en embargos económicos, torturas y acciones armadas en todo el mundo que matan de hambre y llevan la destrucción a los pueblos. Los trabajadores debemos de hacer guerra a la guerra para crear un mundo de verdadera justicia social basado en el bienestar y la salud del planeta y no en el de la banca y las multinacionales.
Los hombres y mujeres de la CNT detestamos el racismo y la xenofobia en nuestra organización que está abierta a todos los trabajadores sean de un lugar o de otro. En este momento tan crítico los trabajadores pueden tomar dos decisiones, adquirir conciencia de clase, aplicar la solidaridad y pelear contra el enemigo común de los pueblos o encerrarse en el discurso de nosotros primero, nacionalismo localista que nos lleva a repetir historias que deberíamos tener más que enterradas.
Este pueblo no se tiene que dejar abatir por el miedo. Nosotros los que producimos las riquezas, los que hacemos mover este mundo no tenemos que temer por los cambios sociales ¿Cuántos viven de nuestro sudor? ¿Qué sistema se mantendría sin el apoyo de los trabajadores?. El reparto de la riqueza y la igualdad social se hacen cada vez más necesarios.
Acabar con el capitalismo y mandarlo al basurero de la historia junto con sus instituciones, partidos, empresas y sindicatos del poder, esa es la tarea que tenemos por delante los hombres y mujeres de la CNT.
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