En el universo de pesadilla de cuñados y tertulianos, el Rio Shopping abierto y haciendo caja es una señal de tranquilidad en medio de una epidemia; pero sus trabajadoras no deben concentrarse para denunciar su situación, por «peligro sanitario». Nuestra lucha es más importante que esa contrapropaganda nefasta, que ha influido en decisiones alucinantes como la prohibición gubernamental del 8M en Madrid. ¿Nos creen idiotas? Como ha recordado la Asamblea 8M Valladolid, la Marea Feminista debe volver a tomar el espacio público, poniendo de relieve que se quiere hacer pasar a un segundo plano nuestras reivindicaciones desde que empezó la pandemia. Se nos ningunea y se nos exprime.
La acción ‘Sal al balcón’ buscaba dejar claro que los espacios de reivindicación son todos los posibles, no sólo las calles: los hogares, los centros de trabajo e incluso los cuerpos. También tuvimos presencia previa en redes sociales con fichas informativas, basadas en nuestra tabla reivindicativa 8M, que han tenido una gran acogida.
Pero con los actos que llevamos a cabo CNT, Asamblea 8M o Red Delicias, quedo claro que la calle es irrenunciable. Allí estuvimos con distancia social, medidas de prevención y reivindicaciones claras. ¡Se puede salir a la calle! ¡Se debe salir a la calle!
Además del manifiesto propio, se leyeron comunicados sobre la precariedad en la limpieza, se cantaron consignas por el aborto libre y público y contra la psiquiatrización de las mujeres.
Hemos sufrido más que nadie esta pandemia. Hemos vivido cómo nos han cargado con los cuidados aún más y la conciliación sigue siendo un mito. Intentan culpabilizarnos para tapar la nefasta gestión y su adoración al capital. Por todo eso no hemos callado.
Ahora, después de los actos, ¡la lucha sigue todos los días!