Como ha escrito un compañero, No podemos consentir que las calles sean privilegio de la producción capitalista y de la derecha egoísta: seguimos. Este 8 de marzo, CNT hizo parte de los actos que llevo a cabo el movimiento feminista de Valladolid, sin dejarse intimidar por el discurso de la propaganda y del odio.
En el universo de pesadilla de cuñados y tertulianos, el Rio Shopping abierto y haciendo caja es una señal de tranquilidad en medio de una epidemia; pero sus trabajadoras no deben concentrarse para denunciar su situación, por «peligro sanitario». Nuestra lucha es más importante que esa contrapropaganda nefasta, que ha influido en decisiones alucinantes como la prohibición gubernamental del 8M en Madrid. ¿Nos creen idiotas? Como ha recordado la Asamblea 8M Valladolid, la Marea Feminista debe volver a tomar el espacio público, poniendo de relieve que se quiere hacer pasar a un segundo plano nuestras reivindicaciones desde que empezó la pandemia. Se nos ningunea y se nos exprime.
CNT convocó a las 20 h en la plaza de la Danza, junto a Vadillos, bajo el lema confederal Feminismo de clase, sindicalista y combativo. Pero eso fue sólo el punto final de un día en que salimos a los balcones dando vivas a la lucha de las trabajadoras, y en que, junto a CGT, denunciamos por la tarde el acoso antisindical que sufren las compañeras trabajadoras de la residencia de mayores «La Casa de la Beneficencia». Como decían ellas en su manifiesto, Es responsabilidad de todas no ceder a los chantajes de la dirección para que cada vez nos quedemos sin más cosas y nos veamos obligadas a atender peor a ancianas y ancianos.
La acción ‘Sal al balcón’ buscaba dejar claro que los espacios de reivindicación son todos los posibles, no sólo las calles: los hogares, los centros de trabajo e incluso los cuerpos. También tuvimos presencia previa en redes sociales con fichas informativas, basadas en nuestra tabla reivindicativa 8M, que han tenido una gran acogida.
Pero con los actos que llevamos a cabo CNT, Asamblea 8M o Red Delicias, quedo claro que la calle es irrenunciable. Allí estuvimos con distancia social, medidas de prevención y reivindicaciones claras. ¡Se puede salir a la calle! ¡Se debe salir a la calle!
Además del manifiesto propio, se leyeron comunicados sobre la precariedad en la limpieza, se cantaron consignas por el aborto libre y público y contra la psiquiatrización de las mujeres.
Hemos sufrido más que nadie esta pandemia. Hemos vivido cómo nos han cargado con los cuidados aún más y la conciliación sigue siendo un mito. Intentan culpabilizarnos para tapar la nefasta gestión y su adoración al capital. Por todo eso no hemos callado.
Ahora, después de los actos, ¡la lucha sigue todos los días!
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