La Confederación condena el desalojo de la acampada en la Puerta del Sol realizado la noche de ayer por parte de la policía. De igual manera denuncia la brutalidad desplegada contra las movilizaciones del fin de semana y se solidariza con los detenidos.
Si en el comunicado contra la intervención militar en Libia, publicado en marzo, la CNT llamaba a seguir el ejemplo de las clases populares del mundo árabe, que estaban demostrando la posibilidad de enfrentarse a regímenes y realidades que se pensaban inamovibles, ahora observamos que algo se empieza a mover en la sociedad de este país. Las movilizaciones del pasado fin de semana, aun con las contradicciones que se puedan observar, son un ejemplo de ello.
De la misma manera, la actuación policial demuestra que a este lado del Mediterráneo, tan cacareádamente democrático, la respuesta estatal es en el fondo muy similar a la de ciertos regímenes autoritarios: la de la violencia contra quienes pacíficamente expresan su hartazgo frente a un sistema egoísta, un capitalismo y una banca inhumanos y una clase política corrupta que sólo mira hacia su propio ombligo. Una represión que pretende, además, desautorizar las movilizaciones con el único fin de criminalizarlas, dándose la paradoja de que movilizaciones que en otros lugares se habían considerado como pasos hacia la libertad aquí son denostadas como actitudes «radicales y antisociales».
Por tanto, desde la Confederación Nacional del Trabajo, condenamos la brutalidad policial contra los manifestantes, el desalojo de la acampada en la Puerta del Sol y nos solidarizarnos con los detenidos a la vez que exigimos su inmediata libertad.
Finalmente hacemos un llamamiento a salir a la calle a denunciar este sistema irracional y a transformarlo radicalmente, sí, de raíz… desde la solidaridad, el apoyo mutuo, la acción directa y la autogestión.
17 de mayo de 2011