Este 23 de abril la CNT de Valladolid vuelve a la campa de Villalar como viene haciendo desde hace más de una década, acompañando a miles de personas de pueblos y ciudades que se congregan para homenajear a los antepasados que combatieron en la guerra de las comunidades por las libertades del común. Esta fecha y este homenaje que desde las instituciones autonómicas siempre han querido usurpar para dotarse de una falsa identidad en torno a las instituciones más funcionales al régimen de acumulación capitalista que reina en España: las comunidades autónomas. Por eso este 23 de abril a escasos dos meses de unas elecciones autonómicas especialmente vergonzosas y que son muy mal indicador de la salud de nuestra sociedad cargamos directamente contra quienes dirigen estás instituciones, que no son nuestras sino suyas.
Vivimos tiempos inciertos te los que se disparan nuestras inseguridades. La pandemia, la guerra y la crisis ocupan nuestro pensamiento. A la inseguridad ya conocida ante el recibo de la luz o la carta de despido se suma el miedo a una enfermedad desconocida, a una sequía cada vez más dura o al sonido de las sirenas antiaereas que avisan de la amenaza a tanta gente en este mundo. Ante nuestra inseguridades siempre están los profesionales de la mentira dispuestos a colocarnos sus remedios. Las recientes elecciones en Castilla y León han sido una muestra de la desvergüenza de quienes se postulan como salvadores tras gobernar durante décadas la comunidad Autónoma.
Todo apunta a que tendremos unos años en los que la inseguridad irá en aumento, más aún con unos dirigentes autonómicos dispuestos a robarnos a manos llenas mientras atacan aquellos resquicios de seguridad que durante décadas hemos peleado. La Junta de Castilla y León está dirigida por esos que nos ven solo como brazos en los puestos de trabajo, euros en las declaraciones de Hacienda, votos en las urnas, fichas en alguna oscura dependencia policial. Para ellos solo somos cosas. Manos que poner a fabricar coches, discos de freno, toneladas de centeno o úteros con los que mitigar la crisis demográfica. Quienes dirigen la Junta de Castilla y León y sus administraciones procuran que estemos aisladas y divididas, que entre nosotras solo dialogue el dinero de nuestros bolsillos y nuestras apariencias. La incertidumbre y la inseguridad genera monstruos. Desde el sufrimiento mental generalizado, que hace que aumenten las depresiones y los suicidios, a servir de coartada para el repliegue en la intolerancia y el autoritarismo que representan las nuevas formas de nacionalismo que asolan Europa.
Por todo esto nuestro territorio necesita instituciones nuevas. Instituciones propias de quienes vivimos y trabajamos aquí. De quienes hacemos posible que todo funcione, que somos quiénes podemos pararlo todo. Necesitamos instituciones propias como son los sindicatos: instituciones para la autodefensa obrera y la construcción de mundos nuevos. Sin embargo, aquellos sindicatos que participan el llamado diálogo social lo único que demuestran es la completa entrega y la renuncia a representar los verdaderos intereses de quienes trabajamos en esta tierra, que no son otros que la superación completa de este sistema de explotación y opresión. Circos como el SERLA, un chiringuito para parasitar el sistema de mediaciones prejudiciales montado entre la Junta, CCOO-UGT y CECALE es la viva muestra de esto.
Desde CNT defendemos que otro modelo sindical es posible y es imprescindible. Desde CNT pensamos que podemos tener nuestro propio espacio que los trabajadores podemos tomar nuestros propios conflictos y defender nuestros intereses sin necesidad te rendirnos ante quién es solo nos ven como números. CNT apuesta por la organización independiente de los trabajadores por las secciones sindicales por la implantación en los centros de trabajo y por el uso de la huelga. Porque para CNT si la clase trabajadora no tiene instituciones propias, nadie las tendrá y seguiremos la merced de gente como la que tiene cautiva la Junta de Castilla y León.
Debe estar conectado para enviar un comentario.