Con el sabor reciente del buen trabajo realizado en Villalar, la tercera de las Jornadas Libertarias «Primero de Mayo» -desarrollada esta vez en el Centro Cívico Conde Ansúrez-, estuvo dedicada a la lucha histórica que supuso la conquista de la jornada de ocho horas, hace ya 100 años: la llamada “Huelga de la Canadiense”. Y para contarnos su historia vino desde Madrid el compañero Javier Antón, geógrafo e historiador así como profesor de la Universidad Complutense y miembro de la Fundación Anselmo Lorenzo.
Esta era una actividad que deseábamos realizar en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid dado el interés que podría suscitar en el ámbito universitario; pero el decanato se negó a dejarnos un espacio alegando que “…no colabora con organizaciones sindicales ni partidos políticos”. Por ello tenemos que dar públicamente las gracias a la dirección del centro cívico Esgueva por dejarnos el espacio del Conde Ansúrez para la conferencia.
Durante algo más de una hora Javier Antón nos mostró los antecedentes y causas que originaron la huelga -una huelga anterior en esa empresa en Toronto, Canadá, unos años antes y de las condiciones laborales y sociales en el proletariado español-; el desarrollo y su expansión; la represión del Estado hacia los huelguistas movilizando al ejército, guardia civil, policía de asalto y al somatén, en lo que sería el inicio del “pistolerismo patronal” de los años 20; y el triunfo final al conseguir que las reivindicaciones planteadas fueran plasmadas en el Boletín Oficial de aquel año.
Una huelga que duró algo mas de tres meses, no cesó hasta que todos los encarcelados fueron puestos en libertad; muy dura para las condiciones de los huelguistas y sus familias, con cuatro muertos “oficiales”, cientos de heridos y miles de represaliados (45.000 causas penales en todo el estado) durante el tiempo que duró y en fechas posteriores… Pero también supuso un golpe de fuerza de CNT, demostrando ser una organización capaz de paralizar la mayor economía del país y poner en jaque a la burguesía capitalista española y catalana. Esa organización de sindicatos únicos de ramo demostró su eficacia a la hora de luchar y conseguir logros en un conflicto que comenzó siendo una simple huelga de empresa en solidaridad con ocho trabajadores cenetistas despedidos a la que se fueron sumando, primero los trabajadores de otras secciones de la empresa y después el resto de empresas del ramo o de otros ramos de Barcelona y del resto de España. Una huelga solidaria que para el ordenamiento jurídico-laboral actual sería ilegal.
Concluyó la exposición de la charla, siempre acompañada de fotografías y textos periodísticos de la época -pocos, dada la censura en los medios de comunicación-, recordando que todas las mejoras conseguidas repercutieron en el conjunto de los trabajadores del país, quién fue el único sindicato organizador, con qué armas contaron los trabajadores y el coste de la huelga, reivindicando la memoria de CNT en la historia no solo de España sino de Europa: algo que debemos recuperar para evitar las distorsiones que hacen otras organizaciones tanto de izquierdas como de derechas y la propia administración estatal. En definitiva, una lección de historia que gustó a los oyentes y generó el lógico debate que fue corto por la hora, aunque Javier Antón mostró su disposición a volver a Valladolid con algo más de tiempo para la próxima charla.
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