Como cada 8M, volvemos a salir a las calles para llenarlas de dignidad obrera y orgullo transfeminista. Volvemos para gritar que somos y seremos furia, porque la historia nos enseña que lo que no se nombra, no existe.
El 8 de marzo, día de las Mujeres trabajadoras, es un día para recordar nuestras luchas y para derribar las violencias estructurales e institucionales ejercidas sobre nosotras y las disidentes de género.
Violencias que responden a los intereses del sistema capitalista, fascista, racista, heteronormativo y patriarcal. Nos enfrentamos a la crisis social, económica, ambiental y de cuidados, incompatible con la vida, con nuestras vidas.
El apoyo mutuo y el feminismo son capaces de romper barreras. Así lo demuestran las conquistas alcanzadas a través del esfuerzo y la lucha de compañeras que pelearon y no se rindieron.
En 2018 y 2019 las feministas organizamos dos huelgas generales hartas de la desigualdad. Y seguimos luchando juntas para alcanzar derechos laborales como es el caso de las Kellys, las trabajadoras del hogar que han logrado que su trabajo se incluya en el régimen de la seguridad social, desempleo y despido regulado; las huelgas feministas en Euskal Herria, las 6 de la Suiza y las luchas de las jornaleras de Huelva. O aquí, en nuestra ciudad, los logros conseguidos por las trabajadoras de la limpieza de SOLDELIM, que tras 80 días de huelga han conseguido alcanzar sus objetivos gracias al apoyo mutuo de las compañeras.
El año pasado entró en vigor el reconocimiento de la baja por incapacidad temporal por menstruación. La lucha por defender o conseguir el derecho a abortar ha sido fundamental.
Fuimos ejemplos y conseguimos hacer dimitir a Gallardón, al igual que las compañeras argentinas, mexicanas o polacas han conseguido legalizar el aborto en sus países haciendo realidad el lema “mi cuerpo es mío y yo decido”.
Decimos BASTA a la cultura de la violación que pone la culpa sobre la agredida y quita responsabilidad al agresor. Los movimientos #metoo #cuéntalo #hermanayosítecreo #solosíeSí, #niunamenos o #seacabó fueron y son hoy el punto de inflexión de esas voces que ya no callarán más porque NUESTROS CUERPOS NO SON UN CAMPO DE BATALLA: NO SE TOCAN, NO SE VIOLAN Y NO SE ASESINAN.
Por todo esto, construimos día a día un movimiento feminista fuerte en el que cabemos todes: personas trans, mujeres migradas y refugiadas, racializadas, gitanas, presas, locas e institucionalizadas, en situación de calle, mayores invisibilizadas, víctimas de violencia machista, de trata, trabajadoras sexuales y víctimas de guerras imperialistas, como las mujeres palestinas que tras décadas de invasión y lucha están siendo exterminadas.
Seguiremos luchando hasta que cada desigualdad sea erradicada. No nos conformamos con pequeñas mejoras o concesiones. Claro que hemos dado muchos pasos, pero aseguramos que daremos todos los necesarios para pelear contra todas las violencias que sufrimos.
¡LO QUEREMOS TODO Y NO ACEPTAMOS MENOS!
Por nosotras, por las que fueron, por las que vendrán.
Que viva la lucha transfeminista. Que viva la lucha de la clase obrera
BLOQUE CRÍTICO FEMINISTA DE VALLADOLID
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