Diferentes colectivos estudiantiles y juveniles de la ciudad han convocado la siguiente manifestación coincidiendo con la jornada de lucha contra Bolonia para el jueves 6 de marzo, a las 11h en la facultad de Trabajo Social (Campus Miguel Delibes).
El jueves 6 de marzo hay convocada una jornada de lucha contra el Plan Bolonia. Diversas organizaciones estudiantiles y juveniles venimos denunciando las consecuencias que esta nueva reforma traerá a los estudiantes, profesorado y personal de la universidad. Haciendo un esbozo general, podemos mencionar:
Ocultismo: La implantación de este Plan Bolonia se está produciendo con una absoluta falta de información, y mucho menos consulta a la comunidad estudiantil, y concretamente la universitaria, porque es la única manera de imponer una medida tan destructiva como ésta. Vemos una vez más que no hay ni un mínimo de democracia interna, los estudiantes estamos sólo para obedecer, y no tenemos voz ni voto.
Sistema de créditos europeo (ECTS): Hasta ahora, un crédito equivale a 10 horas lectivas (de clase impartida); el nuevo sistema pretende contabilizar el trabajo que el estudiante debe realizar autónomamente, fuera de la facultad, pretendiendo que esté una media de 8 h al día dedicado a los estudios (una jornada laboral completa).
Esto se traduce en una carga de trabajo (muchas veces inútil, improductivo) para el estudiante y, si contamos con que la asistencia será obligatoria, verá imposibilitado así el trabajar y estudiar, aunque fuera a jornada partida, o actividades complementarias (cursos, idiomas, autoescuela…); incluso el ocio y la vida personal quedan en muchos casos reducidos por la marea de trabajos, exposiciones, deberes, parciales… Esto ya se está poniendo a prueba en varias carreras, con los llamados “planes piloto”, y se está comprobando que no es nada beneficioso para los estudiantes.
Cambio en la estructura de titulaciones: las actuales diplomaturas y licenciaturas se cambiarán por el Grado: de 3-4 años de duración y un coste similar a lo actual (que sigue siendo imposible de pagar para mucha gente), y que aportará, según el propio Real Decreto: “unos conocimientos básicos necesarios para integrarse en el mercado laboral europeo”. Es decir, nos enseñarán lo mínimo para poder trabajar, reduciendo así el derecho a la educación y el conocimiento a una mera formación como mano de obra. Además, podemos presuponer que, con la excusa de que “sólo tenemos el grado”, las condiciones laborales serán totalmente desastrosas.
Pero, por si la idea de un trabajo precario no nos convence del todo, “generosamente” nos ofrecen los Postgrados: una duración de 1-2 años, con un coste de miles de euros (entre 4000 y 10000), y por lo tanto, permisible sólo para quienes puedan permitirse tal lujo. Para “ayudar” a los estudiantes que no podamos pagarnos el posgrado, en lugar de aumentar las becas, el gobierno abrirá las puertas a las entidades bancarias, quienes nos ofrecen créditos “blandos” para poder costearnos la carrera, y conseguir así que estemos hipotecados ya antes de empezar a trabajar, y sólo por querer estudiar.
Empresas en la universidad: los intereses privados de las empresas no deben tener cabida en la educación; cada vez es más evidente la complicidad entre los empresarios y los regentes de las universidades, quienes periódicamente, firman convenios muy ventajosos para las empresas (prácticas, investigación, competencias, servicios que deberían ser públicos se subyugan a empresas privadas…), como es el caso del Banco Santander, uno de los mayores implicados en todo el proceso de privatizar la educación.
Quieren convertir la educación en un mercado, en un bien material donde, el que pueda pagárselo, tendrá acceso a ella, y el que no, mala suerte y, paralelamente a esto, están devaluando los conocimientos hasta mínimos. Basta un pequeño vistazo atrás para ver cómo las sucesivas reformas educativas (LOGSE, LOCE, LOE, LCE…) sólo han servido para favorecer la educación privada, y para bajar cada vez más y más el nivel de la educación pública, como es el caso de la LOU, la cual establece las condiciones materiales para aplicar el Plan Bolonia en el estado español.
Por todo ello, animamos a todos los estudiantes y miembros de la comunidad estudiantil a mostrar su rechazo contra este nuevo ataque a la educación y nuestros derechos.
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