El sábado 23 a las 19h en la plaza de San Pablo.
El 20 de Noviembre ha sido una fecha marcada en el calendario de la lucha antifascista, al ser el día en que murió el dictador Franco hace ya 38 años. Una fecha histórica, pero que no debe quedarse en una jornada de recuerdo, sino que nos permita avanzar posiciones en la lucha contra un sistema y un estado herederos de ese mismo fascismo que nos exterminó durante tantas décadas, y que pretende seguir haciéndolo.
Tras la dictadura franquista fue necesario hacer un aparente lavado de cara del sistema de dominación, paragarantizar la supervivencia de los principios fundamentales del régimen y que las clases dominantes mantuvieran sus privilegios intactos. Así, se puso en escena el montaje llamado “Transición”, con la cual se nos impuso una monarquía que aún pervive, y que se nos vendió como “el menor de los males”.
Esta aparente “democracia” se autoproclamaba como un nuevo periodo de luz, libertad, prosperidad, mejoras sociales y políticas… pero todo quedó en un engaño colectivo para conseguir mantener el orden social, con la connivencia de gran parte de los sectores políticos que hicieron un conveniente reparto del botín que el franquismo les ofrecía.
Si es cierto que se cambiaron algunas cosas -obligados por la situación política internacional e interna- pero fueron reformas parciales, superficiales, que poco o nada afectaban al corazón de la bestia.
Y es que el fascismo ha impregnado e impregna el capitalismo español de la cabeza a los pies. Las grandes fortunas, los caciques, la Iglesia, los militares, los torturadores… siguen ocupando sus puestos de poder, sin haberse producido ningún tipo de depuración en las estructuras del estado (aparato judicial, ejército, cuerpos de represión, política…) ni castigo alguno por los crímenes cometidos.
Al no haber habido ruptura con el franquismo, no es de extrañar la permisividad (e incluso apoyo) que se tiene con partidos políticos y grupos organizados claramente fascistas, racistas, xenófobos y violentos.
Que la represión no es una cosa del pasado se comprueba en cualquiera de las movilizaciones sociales que se suceden día tras día. Ya sea de estudiantes, en defensa de un puesto de trabajo, de las pensiones, o exigiendo una sanidad pública y de calidad – por poner algunos ejemplos, no se duda en mandar a la policía a apalear al pueblo que protesta y reivindica un futuro digno, deteniendo y encarcelando a todo aquel que no acepte los recortes en su libertad.
El capitalismo encontró así un marco perfecto para expandirse y desarrollarse de la forma más salvaje posible, acabando con las conquistas sociales que tanto costaron conseguir, y volviendo décadas atrás en los derechos laborales y sociales.
Es por todo esto que la lucha antifascista no es una cuestión del pasado. Es una necesidad imperante a día de hoy, en que el capitalismo nos golpea con todas sus fuerzas. Crear poder popular, unidos desde abajo, es como podremos defendernos de nuestros enemigos comunes: el capitalismo y el fascismo.
¡Ni un paso atrás!
¡No pasarán!
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