El domingo, 1 de diciembre, manifestación en contra de la reforma de las pensiones a las 12h desde Plaza Portugalete.
NOS OPONEMOS A LA ENÉSIMA REFORMA DE LAS PENSIONES PORQUE:
Recorta el poder adquisitivo de las pensiones. El argumento de que siempre habrá una subida mínima del 0,25, sea cual sea la situación económica, es pura propaganda gubernamental para ocultar la continua pérdida de poder adquisitivo de las mismas, al desligar su revisión al aumento del IPC.
Liga la revalorización de las pensiones a la evolución de la inflación, con lo que, según los cálculos en función de la evolución de la inflación en España en los últimos años, aplicándola en años sucesivos, podría reducir en 2460 euros una pensión media a un plazo de seis años vista.
Se establece la jubilación ordinaria a la edad de 67 años a partir del año 2027. Y en esta senda, se continuará alargando la edad de jubilación en sucesivas reformas. El objetivo del Estado capitalista es hacernos trabajar hasta morir. Nos dicen que a mayor esperanza de vida, más alejada ha de estar la edad de jubilación, pero ¿no sería más lógico que en una sociedad más justa y avanzada las trabajado-ras y trabajadores se pudieran jubilar antes para disfrutar más tiempo de su jubilación? Para los capitalistas un pensionista es un parásito que no produce beneficio y además consume muchos recursos sanitarios, por lo tanto es inservible a sus propósitos.
Se amplían los años de cotización de 35 a 38 años y 6 meses para poder acceder a la jubilación a los 65 años, es decir, se dificulta y penaliza a las personas que llevan ya una larga vida laboral pero que han podido tener periodos de desempleo o trabajo sin cotizar.
Esta reforma de las pensiones, como otras del pasado, penaliza especialmente a la mujer trabajadora, por la precarización laboral y por nuestra incorporación más tarde al lo que llaman «mercado de trabajo» y se sigue sin reconocer el trabajo doméstico como trabajo efectivo que debería ser remunerado, legislado y reconocido en el Derecho laboral.
¿QUÉ DENUNCIAMOS?
Los planes reales de quienes nos gobiernan es crear un clima social que obligue a la contratación de planes de pensiones privados. Nos hacen entregar nuestro dinero a bancos y financieras que continúan robando los ahorros de miles de personas, como en el caso de las preferentes.
Tratan de generalizar la idea de que las pensiones sólo pueden financiarse por las cotizaciones a la seguridad social de los propios trabajadores y trabajadoras durante su vida laboral, cuando el estado puede y debe complementar con recursos públicos las pensiones de quienes accedan a la jubilación después de toda una vida de sacrificio.
La tasa de paro es insostenible. Con un nivel de desempleo brutal, y con una precariedad laboral generalizada y alimentada por las reformas laborales, ¿cómo se va a garantizar cobrar una pensión a quien no puede acceder a su derecho al trabajo? ¿Cómo se va a cotizar a la seguridad social con contratos eventuales, por horas, y mal pagados?
Por otra parte, los sucesivos gobiernos siguen rebajando las cotizaciones empresariales a la seguridad social bajo el pretexto de promover las contrataciones. Se amplía y reproduce la brecha entre los que más tienen, que aportan menos y las aportaciones de los asalariados y asalariadas.
Se prioriza constitucionalmente el pago de la deuda (acordado por la mayoría parlamentaria, incluido el PSOE) por encima del mantenimiento del sistema de pensiones y otras prestaciones públicas.
LO QUE HACEN GOBIERNO, OPOSICIÓN Y COLABORACIONISTAS
La descarada connivencia del gobierno español con los organismos financieros internacionales y los centros de poder capitalista, aplicando la hoja de ruta neoliberal a costa del empobrecimiento presente y futuro de la clase obrera y los sectores populares.
El doble discurso de los partidos políticos de la llamada izquierda, que claman contra la reforma de las pensiones pero que en sus etapas de gobierno, han aplicado o aplican las mis-mas recetas neoliberales, y han reformado las leyes laborales y el sistema de pensiones.
El papel colaboracionista de las cúpulas sindicales de UGT y CCOO, quienes o bien han colaborado en anteriores reformas (pacto de Toledo) o bien presentan una oposición difuminada e inmovilista frente a la reforma, colaborando en la generalización de un estado de ánimo derrotista en amplios sectores de la clase obrera.
QUÉ PROPONEMOS
Hay suficiente riqueza para garantizar una vida digna para la clase obrera. Se trata de repartir las riquezas que todas y todos producimos, y que son expropia-das por los capitalistas.
Garantizar el derecho efectivo al empleo para todos y todas. Disminuir la jornada laboral para dinamizar la vida social de trabajadores y trabajadoras, mejorar la conciliación con la vida familiar y fomentar su acceso a la cultura y el conocimiento.
Obligar por ley a las empresas con beneficios a realizar contrataciones y ajustar los ritmos de trabajo a condiciones humanas.
Eliminar los planes de pensiones privados. Articular la autogestión social de los recursos públicos.
Garantizar por ley la jubilación a los 60 años, con una pensión digna. Reconocimiento del trabajo social no remunerado, así como igualdad de derechos, a efectos de cotización para la pensión.